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lunes, 4 de mayo de 2015

CARLY FIORINA





























CARLY FIORINA
Former Hewlett-Packard CEO Carly Fiorina announced her candidacy for president on Monday, becoming the first declared female candidate to seek the Republican Party's nomination.

"Yes, I am running," Fiorina said on ABC's "Good Morning America." "I think I'm the best person for the job because I understand how the economy actually works. I understand the world; who's in it."

The ex-Silicon Valley executive and long-shot White House contender has never held public office. In 2010, she unsuccessfully ran for Senate in California, losing to Democratic Sen. Barbara Boxer.

She is now one of only a few women ever to seek the Republican Party's nomination for president -- among them, former Minnesota Rep. Michele Bachmann, who was a candidate in 2012, and former North Carolina Sen. Elizabeth Dole, who made a brief run in the 2000 cycle.

Fiorina has been laying the groundwork for a possible presidential campaign over the past few months, traveling to early states like Iowa and New Hampshire and meeting with activists and donors.

Casting herself as an outside-the-beltway candidate with years of private sector experience, she has been particularly critical of former Secretary of State Hillary Clinton and her work in government.

On Monday, Fiorina said Clinton "clearly is not trustworthy."

"She has not been transparent about a whole set of things that matter," Fiorina said on ABC, ticking off Benghazi, Clinton's use of personal emails at the State Department as well as foreign donations that the Clinton Foundation has received.

And a video posted on her newly unveiled campaign website, carlyforpresident.com, kicks off with a shot of Fiorina watching Clinton's campaign announcement video.
"If you're tired of the sound bites, the vitriol, the pettiness, the egos, the corruption; if you believe that it's time to declare the end of identity politics; if you believe that it's time to declare the end of lowered expectations; if you believe that it's time for citizens to stand up to the political class and say enough, then join us," Fiorina says.




Fiorina also announced the news of her campaign on various social media outlets including Twitter. She is set to participate in an online town hall with supporters Monday afternoon, then travel to Iowa, New Hampshire and South Carolina later in the week. Her new book, "Rising to the Challenge," is scheduled to be released on Tuesday.
Standing out in what is expected to be a crowded Republican field that includes far better-known candidates like former Florida Gov. Jeb Bush, Florida Sen. Marco Rubio and Wisconsin Gov. Scott Walker, will be a significant challenge for Fiorina.
But political strategists say Fiorina, an articulate communicator and energetic retail politician, could very well have a moment in the race, particularly as she makes an appeal to voters who are drawn to a non-establishment candidate.
Fiorina could also be a galvanizing force in an election where on the other side of the political aisle, Clinton -- the widely presumed Democratic frontrunner -- has indicated that she plans to make gender issues one of the central themes of her campaign.
Marty Wilson, an executive vice president at the California Chamber of Commerce who managed Fiorina's 2010 Senate campaign, said one potential obstacle for Fiorina will be building up a national donor base when she hasn't had to raise money for a political campaign since 2010.
"She's a very talented candidate and connects well with voters," Wilson said. "The problem is after 2010, she was no longer a candidate. So mail lists and email lists tend to atrophy when they're not in use."
RELATED: Clinton can't play 'gender card' against female opponent, Fiorina says
Fiorina has recruited veteran political strategists to help run her campaign.
In February, Fiorina supporters announced the establishment of Carly For America, a super PAC to support her eventually potential presidential campaign. Fiorina has enlisted Steve DeMaura, the former executive director of the New Hampshire Republican Party, to be the super PAC's executive director.
Earlier this year, Fiorina also hired the Republican National Committee's former deputy communications director, Sarah Isgur Flores, to help run Unlocking Potential, a political action committee aimed at outreach to female voters. Isgur Flores has now transitioned over to the campaign, assuming the role of deputy campaign manager.
Fiorina is best known for her time at HP, a company she led from 1999 to 2005. Her controversial tenure at the firm gave Boxer plenty of political ammunition in the 2010 race, and the issue could once again emerge a vulnerability for Fiorina in her campaign for president.
As CEO, Fiorina spearheaded a divisive merger with Compaq as she sought to rebrand the firm and boost its relevance in the tech world. Some HP employees were unhappy with Fiorina's leadership style and what they said was a lack of engagement with colleagues, and members of the Hewlett and Packard families have been openly critical of her role at the company.

But Fiorina continues to defend her time at HP. As CEO of a major corporation, she says, she gained critical executive skills that would serve her well in the White House.



Empresaria estadounidense. Cara Carleton Sneed nació el 6 de septiembre de 1954 en Austin, Texas, hija de Joseph y Madelon Sneed, descendientes de una familia tradicional que tenía por costumbre bautizar a sus hijos con los nombres de Carleton o Cara Carleton, en honor de un antepasado muerto durante la guerra civil norteamericana.

Joseph Sneed, juez federal y profesor de derecho, y Madelon, pintora, tuvieron que cambiar de residencia bastantes veces por motivos laborales durante la infancia y la adolescencia de la pequeña Carly, quien en consecuencia asistió a diferentes escuelas en lugares tan diversos como Ghana o Gran Bretaña. Muy apegada a su madre, que falleció cuando ella era pequeña, recibió una educación basada en el duro trabajo, el respeto a las costumbres de los demás y la confianza en las propias posibilidades en un entorno desconocido.

Afincados los Sneed en California, Cara Carleton estudió historia medieval y filosofía en la Universidad de Stanford, pero una vez licenciada quiso seguir los pasos de su padre y empezó derecho en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). El resultado fue peor de lo esperado: tras un semestre, descubrió que detestaba estudiar leyes y renunció.

En múltiples ocasiones ha calificado esta decisión como una de las más difíciles de su vida, dado el interés de su padre porque siguiera la carrera de abogado. Sin embargo, también fue uno de sus momentos de mayor libertad. Carly viajó a Italia, donde vivió del sueldo de profesora de inglés, trabajó como recepcionista y tuvo una serie de trabajos temporales sin demasiado futuro, pero aprendió cosas que no se suelen enseñar en las aulas universitarias.
A su regreso a Estados Unidos, y tras un breve matrimonio que acabó en divorcio, Cara Carleton comprendió que debía empezar a establecerse y, atraída por el mundo de las finanzas, decidió volver a estudiar. En 1979 hizo un máster en negocios y administración de empresas (MBA) en la Universidad de Maryland, y un año más tarde otro de ciencias en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Durante uno de esos veranos, trabajó como secretaria en Hewlett-Packard con la intención de costearse los estudios, sin llegar jamás a sospechar que un día volvería para dirigir la empresa.



De AT&T a Hewlett-Packard

A los veinticinco años, Carly encontró un trabajo en el departamento de contabilidad de la prestigiosa firma AT&T, y de ésta pasó a la filial Lucent Technologies, donde llegó a ocupar el cargo de directora ejecutiva como responsable de finanzas. Tras entrar con muchas dudas sobre la viabilidad de la empresa y su papel en la misma, tardó poco en lograr unos fantásticos resultados mediante la venta de servicios telefónicos a empresas estatales. En AT&T aprendió todo lo que debía saber sobre las telecomunicaciones, creció como persona y conoció a su futuro marido, Frank Fiorina, quien entonces ocupaba la vicepresidencia de la empresa.

Su excelente labor en la filial de AT&T durante casi veinte años, como responsable de la división de servicios globales, la llevó a las filas de Hewlett-Packard en 1999. Fue nombrada presidenta, directora ejecutiva y gerente general de la empresa, en sustitución de Lewis E. Platt, y se ha mantenido como una de las figuras ancla de la compañía, que vio en la fusión con Compaq una forma de competir con más eficacia en sus diferentes segmentos de mercado. Junto a ella, el otro mentor de esta propuesta fue Michael Capellas, presidente y director ejecutivo de Compaq.

La llegada de Fiorina a la industria de las telecomunicaciones tuvo una fuerte repercusión en el sector, y su desembarco en Hewlett-Packard sorprendió al medio tecnológico debido al hecho de ser la única mujer con ese cargo en una empresa informática. La profesional se integró en la compañía con el objetivo de crear un lazo que la entidad tenía muy descuidado: su sincronía con los avances de Internet y las telecomunicaciones. Desde que la ejecutiva ocupó el cargo en la compañía ésta pasó de ser un fabricante de hardware a convertirse en una empresa capaz de dirigir su estrategia de mercado también hacia el software y los servicios de Internet.

La compra de Compaq Computers
Espoleada por la crisis del sector y con la intención de competir con IBM, en septiembre de 2001, la presidenta de Hewlett-Packard anunció la compra de Compaq Computers, pero no contó con la oposición de Walter Hewlett, el hijo del cofundador de la empresa californiana, quien argumentó que Fiorina estaba dispuesta a destrozar el legado de su padre, la empresa de ordenadores e impresoras fundada en Silicon Valley en 1938.

Se inició entonces entre ambos una dura campaña por el control de la empresa, viajaron por todo el país en busca del apoyo de los accionistas y gastaron millones de dólares en publicidad en diarios nacionales de gran tirada.

El pulso entre ambos acabó en los tribunales, con Hewlett denunciando la fusión, lo que le acarreó como represalia por parte de la directiva la imposibilidad de presentarse a la reelección para el consejo de administración. La fusión de Hewlett-Packard y Compaq concluyó en un juzgado de Delaware con la victoria de Carly Fiorina sobre Walter Hewlett, pero la actitud de Fiorina contra los herederos le hizo merecedora de muchas antipatías en Silicon Valley, especialmente entre la comunidad de la Universidad de Stanford, corazón de la creatividad tecnológica en esa región. Con esta operación, Fiorina se convirtió en la directora de la segunda empresa informática del mundo, con más de 150.000 empleados en 160 países y un volumen de facturación anual de 80.000 millones de dólares.

Pese a las favorables perspectivas, el panorama al que se enfrentaba no es envidiable, la disputa sobre la fusión había debilitado la operación, valorada en 18.000 millones de dólares, a lo que había que añadir una caída de la moral de los trabajadores, afectados por las filtraciones sobre los bonos millonarios que supuestamente la directora pensaba embolsarse una vez concluida la operación y por la intención de la empresa de suprimir 15.000 puestos de trabajo.


El nuevo grupo Hewlett-Packard tenía previsto suprimir dichos empleos en todo el mundo para hacer frente al incremento de los gastos y a las elevadas pérdidas económicas provocadas por la crisis global del sector tecnológico en los últimos años. No obstante, los despidos iban a depender de las legislaciones de los países donde estaba implantada la compañía, y la reducción de plantilla sería independiente del aumento de empleados que realizase la empresa en otras divisiones, como la de impresoras y la de servicios.


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