CARLY FIORINA
Former Hewlett-Packard CEO Carly Fiorina
announced her candidacy for president on Monday, becoming the first declared
female candidate to seek the Republican Party's nomination.
"Yes, I am running," Fiorina
said on ABC's "Good Morning America." "I think I'm the best
person for the job because I understand how the economy actually works. I
understand the world; who's in it."
The ex-Silicon Valley executive and
long-shot White House contender has never held public office. In 2010, she unsuccessfully
ran for Senate in California, losing to Democratic Sen. Barbara Boxer.
She is now one of only a few women ever
to seek the Republican Party's nomination for president -- among them, former
Minnesota Rep. Michele Bachmann, who was a candidate in 2012, and former North
Carolina Sen. Elizabeth Dole, who made a brief run in the 2000 cycle.
Fiorina has been laying the groundwork
for a possible presidential campaign over the past few months, traveling to
early states like Iowa and New Hampshire and meeting with activists and donors.
Casting herself as an
outside-the-beltway candidate with years of private sector experience, she has
been particularly critical of former Secretary of State Hillary Clinton and her
work in government.
On Monday, Fiorina said Clinton
"clearly is not trustworthy."
"She has not been transparent about
a whole set of things that matter," Fiorina said on ABC, ticking off
Benghazi, Clinton's use of personal emails at the State Department as well as
foreign donations that the Clinton Foundation has received.
And a video posted on her newly unveiled
campaign website, carlyforpresident.com, kicks off with a shot of Fiorina
watching Clinton's campaign announcement video.
"If you're tired of the sound
bites, the vitriol, the pettiness, the egos, the corruption; if you believe
that it's time to declare the end of identity politics; if you believe that
it's time to declare the end of lowered expectations; if you believe that it's
time for citizens to stand up to the political class and say enough, then join
us," Fiorina says.
Fiorina also announced the news of her
campaign on various social media outlets including Twitter. She is set to
participate in an online town hall with supporters Monday afternoon, then
travel to Iowa, New Hampshire and South Carolina later in the week. Her new
book, "Rising to the Challenge," is scheduled to be released on
Tuesday.
Standing out in what is expected to be a
crowded Republican field that includes far better-known candidates like former
Florida Gov. Jeb Bush, Florida Sen. Marco Rubio and Wisconsin Gov. Scott
Walker, will be a significant challenge for Fiorina.
But political strategists say Fiorina,
an articulate communicator and energetic retail politician, could very well
have a moment in the race, particularly as she makes an appeal to voters who
are drawn to a non-establishment candidate.
Fiorina could also be a galvanizing
force in an election where on the other side of the political aisle, Clinton --
the widely presumed Democratic frontrunner -- has indicated that she plans to
make gender issues one of the central themes of her campaign.
Marty Wilson, an executive vice
president at the California Chamber of Commerce who managed Fiorina's 2010
Senate campaign, said one potential obstacle for Fiorina will be building up a
national donor base when she hasn't had to raise money for a political campaign
since 2010.
"She's a very talented candidate
and connects well with voters," Wilson said. "The problem is after
2010, she was no longer a candidate. So mail lists and email lists tend to
atrophy when they're not in use."
RELATED: Clinton can't play 'gender
card' against female opponent, Fiorina says
Fiorina has recruited veteran political
strategists to help run her campaign.
In February, Fiorina supporters announced
the establishment of Carly For America, a super PAC to support her eventually
potential presidential campaign. Fiorina has enlisted Steve DeMaura, the former
executive director of the New Hampshire Republican Party, to be the super PAC's
executive director.
Earlier this year, Fiorina also hired
the Republican National Committee's former deputy communications director,
Sarah Isgur Flores, to help run Unlocking Potential, a political action
committee aimed at outreach to female voters. Isgur Flores has now transitioned
over to the campaign, assuming the role of deputy campaign manager.
Fiorina is best known for her time at
HP, a company she led from 1999 to 2005. Her controversial tenure at the firm
gave Boxer plenty of political ammunition in the 2010 race, and the issue could
once again emerge a vulnerability for Fiorina in her campaign for president.
As CEO, Fiorina spearheaded a divisive
merger with Compaq as she sought to rebrand the firm and boost its relevance in
the tech world. Some HP employees were unhappy with Fiorina's leadership style
and what they said was a lack of engagement with colleagues, and members of the
Hewlett and Packard families have been openly critical of her role at the
company.
But Fiorina continues to defend her time
at HP. As CEO of a major corporation, she says, she gained critical executive
skills that would serve her well in the White House.
Empresaria estadounidense. Cara Carleton Sneed nació el 6 de septiembre de
1954 en Austin, Texas, hija de Joseph y Madelon Sneed, descendientes de una
familia tradicional que tenía por costumbre bautizar a sus hijos con los
nombres de Carleton o Cara Carleton, en honor de un antepasado muerto durante
la guerra civil norteamericana.
Joseph Sneed, juez federal y profesor de derecho, y Madelon, pintora,
tuvieron que cambiar de residencia bastantes veces por motivos laborales
durante la infancia y la adolescencia de la pequeña Carly, quien en
consecuencia asistió a diferentes escuelas en lugares tan diversos como Ghana o
Gran Bretaña. Muy apegada a su madre, que falleció cuando ella era pequeña,
recibió una educación basada en el duro trabajo, el respeto a las costumbres de
los demás y la confianza en las propias posibilidades en un entorno
desconocido.
Afincados los Sneed en California, Cara Carleton estudió historia medieval
y filosofía en la Universidad de Stanford, pero una vez licenciada quiso seguir
los pasos de su padre y empezó derecho en la Universidad de California en Los
Ángeles (UCLA). El resultado fue peor de lo esperado: tras un semestre,
descubrió que detestaba estudiar leyes y renunció.
En múltiples ocasiones ha calificado esta decisión como una de las más
difíciles de su vida, dado el interés de su padre porque siguiera la carrera de
abogado. Sin embargo, también fue uno de sus momentos de mayor libertad. Carly
viajó a Italia, donde vivió del sueldo de profesora de inglés, trabajó como
recepcionista y tuvo una serie de trabajos temporales sin demasiado futuro,
pero aprendió cosas que no se suelen enseñar en las aulas universitarias.
A su regreso a Estados Unidos, y tras un breve matrimonio que acabó en
divorcio, Cara Carleton comprendió que debía empezar a establecerse y, atraída
por el mundo de las finanzas, decidió volver a estudiar. En 1979 hizo un máster
en negocios y administración de empresas (MBA) en la Universidad de Maryland, y
un año más tarde otro de ciencias en el Instituto Tecnológico de Massachusetts
(MIT). Durante uno de esos veranos, trabajó como secretaria en Hewlett-Packard
con la intención de costearse los estudios, sin llegar jamás a sospechar que un
día volvería para dirigir la empresa.
De AT&T a Hewlett-Packard
A los veinticinco años, Carly encontró un trabajo en el departamento de
contabilidad de la prestigiosa firma AT&T, y de ésta pasó a la filial
Lucent Technologies, donde llegó a ocupar el cargo de directora ejecutiva como
responsable de finanzas. Tras entrar con muchas dudas sobre la viabilidad de la
empresa y su papel en la misma, tardó poco en lograr unos fantásticos
resultados mediante la venta de servicios telefónicos a empresas estatales. En
AT&T aprendió todo lo que debía saber sobre las telecomunicaciones, creció
como persona y conoció a su futuro marido, Frank Fiorina, quien entonces
ocupaba la vicepresidencia de la empresa.
Su excelente labor en la filial de AT&T durante casi veinte años, como
responsable de la división de servicios globales, la llevó a las filas de
Hewlett-Packard en 1999. Fue nombrada presidenta, directora ejecutiva y gerente
general de la empresa, en sustitución de Lewis E. Platt, y se ha mantenido como
una de las figuras ancla de la compañía, que vio en la fusión con Compaq una
forma de competir con más eficacia en sus diferentes segmentos de mercado.
Junto a ella, el otro mentor de esta propuesta fue Michael Capellas, presidente
y director ejecutivo de Compaq.
La llegada de Fiorina a la industria de las telecomunicaciones tuvo una
fuerte repercusión en el sector, y su desembarco en Hewlett-Packard sorprendió
al medio tecnológico debido al hecho de ser la única mujer con ese cargo en una
empresa informática. La profesional se integró en la compañía con el objetivo
de crear un lazo que la entidad tenía muy descuidado: su sincronía con los
avances de Internet y las telecomunicaciones. Desde que la ejecutiva ocupó el
cargo en la compañía ésta pasó de ser un fabricante de hardware a convertirse
en una empresa capaz de dirigir su estrategia de mercado también hacia el
software y los servicios de Internet.
La compra de Compaq Computers
Espoleada por la crisis del sector y con la intención de competir con IBM,
en septiembre de 2001, la presidenta de Hewlett-Packard anunció la compra de
Compaq Computers, pero no contó con la oposición de Walter Hewlett, el hijo del
cofundador de la empresa californiana, quien argumentó que Fiorina estaba
dispuesta a destrozar el legado de su padre, la empresa de ordenadores e
impresoras fundada en Silicon Valley en 1938.
Se inició entonces entre ambos una dura campaña por el control de la
empresa, viajaron por todo el país en busca del apoyo de los accionistas y
gastaron millones de dólares en publicidad en diarios nacionales de gran
tirada.
El pulso entre ambos acabó en los tribunales, con Hewlett denunciando la
fusión, lo que le acarreó como represalia por parte de la directiva la imposibilidad
de presentarse a la reelección para el consejo de administración. La fusión de
Hewlett-Packard y Compaq concluyó en un juzgado de Delaware con la victoria de
Carly Fiorina sobre Walter Hewlett, pero la actitud de Fiorina contra los
herederos le hizo merecedora de muchas antipatías en Silicon Valley,
especialmente entre la comunidad de la Universidad de Stanford, corazón de la
creatividad tecnológica en esa región. Con esta operación, Fiorina se convirtió
en la directora de la segunda empresa informática del mundo, con más de 150.000
empleados en 160 países y un volumen de facturación anual de 80.000 millones de
dólares.
Pese a las favorables perspectivas, el panorama al que se enfrentaba no es
envidiable, la disputa sobre la fusión había debilitado la operación, valorada
en 18.000 millones de dólares, a lo que había que añadir una caída de la moral
de los trabajadores, afectados por las filtraciones sobre los bonos millonarios
que supuestamente la directora pensaba embolsarse una vez concluida la operación
y por la intención de la empresa de suprimir 15.000 puestos de trabajo.
El nuevo grupo Hewlett-Packard tenía previsto suprimir dichos empleos en
todo el mundo para hacer frente al incremento de los gastos y a las elevadas
pérdidas económicas provocadas por la crisis global del sector tecnológico en
los últimos años. No obstante, los despidos iban a depender de las
legislaciones de los países donde estaba implantada la compañía, y la reducción
de plantilla sería independiente del aumento de empleados que realizase la
empresa en otras divisiones, como la de impresoras y la de servicios.
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