RICHARD
WAGNER:
(Leipzig,
actual Alemania, 1813-Venecia, Italia, 1883) Compositor, director de orquesta,
poeta y teórico musical alemán.
Si Beethoven
fue la figura dominante de la música durante la primera mitad del siglo XIX,
Richard Wagner gravitó sobre la segunda mitad. No fue sólo que la ópera
wagneriana cambiara el curso de la música. También había algo mesiánico en el
hombre mismo, cierto grado de megalomanía que se acercaba al desequilibrio
mismo, y esa condición elevaba a una altura sin precedentes el concepto del
“Artista como héroe”. Era un hombre de corta estatura -medía alrededor de un
metro sesenta y cinco- pero irradiaba fuerza, confianza en sí mismo, rudeza y
genio. Como ser humano era temible. Amoral, hedonista, egoísta, agriamente racista,
arrogante, saturado de evangelios del superhombre (por supuesto, el superhombre
era Wagner) y de la superioridad de la raza alemana… en una palabra,
representaba todos los aspectos desagradables del carácter humano.
Este gran
maestro del teatro musical nació en la ciudad alemana de Leipzig, en 1813. Su
doble talento poético y musical lo llevó al campo de la ópera (que necesita
ambas cosas) pero lo hizo rebelarse contra los argumentos superficiales o
inútilmente sangrientos de los que gustaban especialmente los músicos
italianos.
Las obras de
Wagner —con la insignificante excepción de algunos ensayos juveniles— se
mantienen hoy todas en los grandes teatros líricos del mundo entero, como caso
único en la historia.
La primera
obra de importancia es “El buque fantasma“, que narra la historia de un
navegante condenado a errar por los mares, y su redención por el fiel amor de
una muchacha. “Tannhauser” fue la obra siguiente, y después “Lohengrin”,
tratando episodios de la remota historia germana y mezclándolos con figuras
fantásticas.
Hasta ese
momento la vida de Wagner es la común a los jóvenes músicos que buscan empleo
en los teatros escalando posiciones. Pero Wagner abandona esta carrera huyendo
de Riga a París, donde lo esperan amargos años. Finalmente es contratado como
director de orquesta en la Opera de Dresde.
De allí ha
de huir otra vez —esta vez por razones políticas— en 1849, con la partitura del
“Lohengrin” recién terminada; se dirige a Weimar donde reside Liszt, le entrega
la obra (que Liszt en 1850 estrena sin que Wagner pueda asistir) y recibe ayuda
para refugiarse en Suiza.
Allí reside
luego largos años. Las obras que siguen son: “Tristán e Isolda“, “Los maestros
cantores de Nuremberg” y el ciclo “El anillo de los Nibelungos“, que consta de
cuatro dramas: “El oro del Rin“, “La Walquiria“, “Sigfrido” y “El ocaso de los
dioses”.
Federico
Nietzsche había conocido a Wagner en 1868, y prácticamente se había zambullido
en la veneración dispensada al hombre y a su música (especialmente a Trístán e
Isolda). En 1872 publicó El nacimiento de la tragedia a partir del Espíritu de
la Música, una obra en la cual se interpretaba la tragedia griega de acuerdo
con los conceptos wagnerianos. El concepto nietzscheano de lo apolíneo (puro,
clásico), y lo dionisíaco (salvaje, romántico), como los contrarios delineados
en su libro, impresionó profundamente el pensamiento estético contemporáneo.
Más tarde, Nietzsche habría de reconsiderar su adoración de Wagner, y con el
tiempo se apartaría de esa órbita y afirmaría que Carmen, de Bizet, era la
ópera perfecta. Pero durante mucho tiempo Wagner contó con el apoyo del
filósofo alemán más leído.
La vida de
Wagner sigue en dramáticos altibajos. Regresa a la patria pero los teatros no
acogen sus obras porque las juzdosas. Hasta que un día el joven rey de Baviera,
Luis II, romántico él mismo como los dramas de Wagner, invita a éste a residir
a su lado y a estrenar sus ‘nuevas obras en el teatro de la corte de Munich.
Hacia el
final de su vida, Wagner, ahora celebrado e importantísimo, construye en la
ciudad de Bayreuth su propio teatro, que hasta el día de hoy no ofrece sino sus
obras. Para este Teatro de los Festivales compone su última obra, “Parsifal”. Y
en Bayreuth fue sepultado como un rey, después de haber muerto en Venecia, en
1883.
No hubo otro
compositor que exigiera tanto de la sociedad, y Wagner ciertamente no se
mostraba vergonzoso cuando se trataba de sus necesidades. “No soy como otras
personas. Necesito brillo, y belleza y luz. El mundo me debe lo que necesito. No
puedo vivir con la miserable pitanza de un organista, como vuestro maestro
Bach.” Su egoísmo frisaba en la locura.
No tenía
ningún empacho en escribir a un joven a quien apenas conocía para pedirle
dinero. “Para usted será bastante difícil suministrarme esta suma, pero podrá
hacerlo si lo desea, y no retrocede ante el sacrificio. En todo caso, es lo que
yo deseo… ¡Ahora, veamos si usted es el hombre que tiene que ser!” Después hay
un intento de seducción: “La ayuda que usted me preste lo acercará mucho a mí,
y el verano próximo usted tendrá el placer de recibirme durante tres meses en
una de sus propiedades, preferiblemente la que se encuentra en Renania.”
El joven,
que era Robert von Horstein, rehusó dar el dinero a Wagner, quien en realidad
se sorprendió. ¿Cómo era posible que una nulidad tal rehusara subsidiar a un
hombre como él? Envió una nota a Horstein, desechándolo definitivamente:
“Probablemente nunca volverá a repetirse que un hombre como yo acuda a Ud.”
EL PROYECTO
BEYREUTH: Ya en 1870 Wagner contemplaba seriamente la posibilidad de contar con
un teatro para festivales, que se consagraría en forma exclusiva a las obras
que él había creado. Halló el asiento ideal en la tranquila y pequeña localidad
bávara de Bayreuth.
Al principio
el rey Luis recibió fríamente la idea. Se constituyeron sociedades en Alemania
entera, y los amigos de Wagner realizaron los mayores esfuerzos con el fin de
recaudar fondos. Wagner envió una circular, fechada el 12 de noviembre de 1871,
para anunciar que El Anillo de los Nibelungos inauguraría Bayreuth en
1873.“Quienes donen dinero recibirán la denominación y los derechos que
corresponden a los patrocinadores de las representaciones de Bayreuth, y la
ejecución de la empresa estará exclusivamente a cargo de mi saber y mis
esfuerzos. La propiedad raíz que resulte de esta empresa común será puesta a mi
disposición, y estará sujeta a los arreglos futuros que yo considere más
convenientes para el sentido y el carácter ideal de la empresa.”
Wagner salió
de Triebschen, ordenó construir una villa cerca del teatro destinado al
festival de Bayreuth, y supervisó los trabajos. En Viena, Hanslick se mostró
sorprendido: “Wagner”, escribió, “es afortunado en todo. Al principio reniega
contra todos los monarcas, y un rey magnánimo lo recibe con halagador afecto y
le permite llevar una existencia liberada de preocupaciones e incluso lujosa.
Después escribe un folleto contra los judíos, y toda la judería, en el ámbito
de la música y al margen de ella, le rinde el homenaje más celoso, a través de
las críticas periodísticas y la compra de pagarés en beneficio de Bayreuth”
El proyecto
de Bayreuth gozó de publicidad mundial, pero el dinero afluía lentamente.
Wagner tuvo que cancelar sus planes para una temporada en 1873. Se contaba con
menos de la mitad de los fondos necesarios. Wagner depositó todas sus
esperanzas en el rey Luis, y no sufrió una decepción. En 1874 el rey adelantó
dinero suficiente para reanudar los trabajos del proyecto. Este suscitaba mucha
oposición en Bavaria. Se lo atacaba como un absurdo, como una prueba de la
locura del rey.
Cuando se
agotaron los fondos del monarca, Wagner comenzó a realizar giras como director
de orquesta con el fin de reunir dinero. Durante un tiempo se dudó del destino
de Bayreuth. De todos modos, se completó la construcción del edificio y en 1876
se celebró el primer Festival de Bayreuth. El Anillo de los Nibelungos, con la
dirección de Richter, fue representada tres veces. La primera temporada reveló
un enorme déficit, y nuevamente se dudó del futuro de Bayreuth. Antes de 1882
no fue posible considerar la posibilidad de un segundo festival.
La primera
temporada de Bayreuth fue el acontecimiento musical de la década. Unos 4.000
visitantes, incluidos sesenta periodistas de todo el mundo, invadieron la minúscula
aldea. Asistieron el emperador de Alemania, el emperador y la emperatriz de
Brasil, el rey de Bavaria, el príncipe Jorge de Prusia, uno de los príncipes
Hohenzollern, el príncipe Wilhelm de Hesse, el gran duque Vladimir de Rusia, el
gran duque de Mecklenburgo, el duque de Anhalt-Dessau, y otro miembro de la
nobleza.
Tan intenso
fue el interés despertado por el festival que los dos críticos llegados de
Nueva York – tanto elTimes como el Tríbune enviaron cronistas- obtuvieron
autorización para usar el nuevo cable transatlántico y enviar instantáneamente
sus despachos, Entre las cosas que informaron cabe mencionar el desagrado
provocado por la falta de comodidades.
“La gran
distancia desde el pueblo, a lo largo de un camino sucio, sin sombra ni restaurantes,
provoca mucho descontento. Este descontento se agrava diariamente”, decía el
Times. El público escuchaba la música con cierto asombro, pero también con
sincero entusiasmo. Al fin de cada ópera hubo una ovación, pero no se permitió
que los cantantes salieran a escena para saludar.” La razón de esta actitud fue
explicada por Herr Wagner y los principales artistas, que señalaron que las
apariciones antes de que descienda el telón tenderían a quebrar la unidad de la
representación.
“Al termino del festival se ofreció una gran
fiesta para más de 500 personas. Wagner pronunció un largo discurso, fue
ovacionado y rindió tributo a Liszt; dijo que le debía todo, y después Liszt se
puso dé pie para pronunciar su discurso. “Otros países”, dijo, “saludan a Dante
y a Shakespeare. Por lo tanto”, volviéndose hacia Wagner, “soy vuestro más
obediente servidor.”
Desde el
punto de vista musical, la temporada de Bayreuth fue el punió crucial en el
destino europeo de Wagner. No sólo el público estaba formado principalmente por
admiradores de Wagner, sino que los críticos (incluidos los de Nueva York) eran
casi todos defensores del compositor.
RICHARD WAGNER
Composer (LEIPZIG 1813 - Venice 1883).
German musician; It was born into a
humble home and their beginnings were very difficult, not only by the lack of
protective but also for its independent character.
His first musical works reveal the
influence of Beethoven and Mozart and did not have much acceptance. In 1849, he
starred in a failed revolutionary movement and had to flee to Zurich; but when
and economic hardship and misunderstanding had become almost dramatic, Wagner
found the support of King Ludwig II of Bavaria and because he was able to build
the theater of Bayreuth (1876) which are exclusively represented their works.
Their activity was since then tirelessly
since, without abandoning the music, philosophy, literature and aesthetics was
also dedicated. He wrote the arguments of some of his operas, using sources of
tradition and the Germanic mythology. His musical work has received the most
exalted praise, but also the harshest criticism, because it was a true
innovator, who exerted a profound influence on the dramatic symphonic music in
general and in particular by the brilliance
of his orchestrations and his special
conception of the opera, music prevails over the text. Wagner married twice,
but his love and his partner was Liszt's daughter, Cosima, with whom he married
in 1870.
Musical works: The Flying Dutchman,
Tannhauser, Tristan and Isolde, Lohengrin, Die Meistersinger von Nuremberg,
Parsifal, The Ring of the Nibelungen; the latter is a tetralogy that includes
three works: The Rhinegold, The Valkyrie, Siegfried and Götterdämmerung.
Among his books are: The Art and
Revolution, The music of the future and the art of the future.
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