SELL MAS
ALLA DEL FACE….
Durante
años, los peces más gordos de internet se han apropiado de tu información
personal y la han vendido por miles de millones de dólares. A continuación te
dejamos el artículo de Will Bourne que muestra a un grupo de emprendedores que
piden privacidad y apuntan a transformar el negocio de las redes sociales para
siempre:
Hay mucho de
Nico Sell que no conocerás a lo largo de esta historia. No aprenderás a
seguirla en Twitter o en Instagram o en Vine. No sabrás su edad, su dirección
exacta ni el año en el que se graduó de Dartmouth. No conocerás los nombres de
sus dos hijas o el de su marido, ni siquiera si efectivamente su nombre es Nico
Sell. Tampoco verás su cara (le gusta usar lana y lentes oscuros cuando hay una
cámara dando vueltas). Esta mujer es cuidadosa o “adecuadamente paranoica”,
según ella. “Le das a las personas 10 datos sobre ti y te pueden robar tu
identidad”, asegura.
Sell es la
cofundadora y Gerente General de Wickr, una aplicación de mensajería móvil que,
según la compañía, es imposible de hackear. Actualmente, es una “catalizadora
de operaciones” para cerca de 20 exitosas compañías de seguro. La app por sí
sola recaudó más de 9 millones de dólares en marzo en una ronda liderada por
Gilman Louie de Alsop Louie Partners (quien también es el fundador y antiguo
Gerente General de la sección de operaciones de la CIA llamada In-Q-Tel). Otros
inversionistas incluyen Juniper Networks, la Fundacion Knight, un importante
consejero anti-terrorista que trabajó en los gobiernos de Bill Clinton y los
dos George Bush, y el fundador de DEF CON, una de las asambleas de hackers más
grandes del mundo. Sell también ha sido parte de DEF CON durante “algo más de
una década”, donde su rol se enfoca en ser el enlace entre el grupo y las
agencias federales que buscan cooperar con hackers benignos.
En otras
palabras, Sell ha visto la cara real, sudorosa y pálida de Internet. Comenzó
Wickr como una manera de poder entregarle a sus hijas una herramienta que les
permitiera comunicarse con seguridad, de manera anónima, con la capacidad de
controlar la información que es retenida al otro lado. En abril, un artículo de
la revista Wired relacionado con “El aumento de las aplicaciones de chateo”
nombraba a Wickr en una nota de página, llamándola una aplicación “para un
público cansado de la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos y
para los drogadictos”. Pero la aplicación fundada el 2011, tiene ambiciones
mucho más grandes, ya que Sell quiere eliminar el modelo de negocios del cual
dependen las compañías tecnológicas más poderosas del mundo.
Sell es
parte de un movimiento idealista y ambicioso que está tomando forma en Silicon
Valley y busca cambiar el switch en relación a la forma en que vivimos, compartimos
y hacemos negocios en línea. Estos emprendedores ven el status quo (donde los
usuarios han firmado para entregar los derechos de su información y existencia
en la red a Facebook, Google, Apple, Twitter y unas cuantas otras compañías
extremadamente poderosas) no sólo como una violación de privacidad sino que
también como algo fatal para promover la innovación. “Todos asumimos que
nuestra información era privada y ahora nos estamos dando cuenta que no es así,
por eso estamos haciendo algo al respecto como cultura, como sociedad”, cuenta
Brian Blau, director de investigación del Gartner Group. Él se encuentra en
medio de un proyecto llamado “Poder para las personas” (“Power To The People”),
donde espera que las personas entiendan el valor que tienen online.
Si bien este
sector recién está emergiendo, Sell quiere que en un futuro su aplicación
reemplace a Facebook y Skype. De hecho, un conglomerado de compañías emergentes
se está formando alrededor de la idea de que los usuarios quieren un mayor
control de su información personal en línea y que los Googles y Facebooks del
mundo se rendirán a tal solicitud o serán reemplazados. Naturalmente, muchos se
reirán con la idea de tener una guerrilla en contra de Zuckerberg, pero Apple
también se burló alguna vez de Android. Sell cree que podemos reconstruir
nuestras vidas en la red tomando como referencia un nuevo modelo y así abrir un
vasto terreno comercial en el camino. “Nos roban. Creo que Google y Facebook,
en 30 años más cuando veamos hacia atrás, serán los magnates inescrupulosos de
nuestra época”.
A diferencia
de su competencia, Snapchat (que recientemente arregló el problema que tuvo con
la Comisión Federal de Comercio, luego de haber “engañado” a sus usuarios
haciéndoles pensar que sus mensajes e información no estaba siendo retenidos en
los servidores de la compañía), el “perfecto secretismo” del software de Wickr
es lo más solido que existe, según especialistas que lo han estudiado. Cada
identidad que creas en la aplicación tiene protección mediante clave secreta;
cada mensaje tiene un temporizador que le permite al remitente establecer una
fecha de expiración de lo que enviaste, desde 6 segundos a 6 días en el futuro.
Una vez que se cumple el plazo, el texto se autodestruye en la bandeja de
entrada del receptor y en su teléfono. Además, todos son posteriormente
“molidos digitalmente” en el aparato, haciéndolos imposibles de rescatar.
Por años
hemos sabido que los grandes como Google o Facebook ganan dinero a través de
los usuarios digitales para obtener información de las personas, extrayéndola
en busca de patrones y cobrándoles a los anunciantes para que tengan la
oportunidad de venderles según sus preferencias. Pero hasta el año pasado, a
menos que estuvieras realmente interesado en temas tecnológicos, la mayoría de
las reacciones en contra de esto eran bastante pocas. Y luego llegó Edward
Snowden confesando que la ASN estaba recopilando información a partir de las
compañías a las que se les confió información personal, incluyendo Facebook,
Microsoft, Yahoo, Google, AOL, Skype, YouTube, Verizon y Apple. Lentamente se
comenzó a desarrollar la idea de que debíamos hacer algo al respecto.
Sell explica
que hoy, por primera vez, las herramientas técnicas para recuperar el control
de nuestra información se encuentran al alcance, al igual que la conciencia de
lo necesaria que dicha información es para el mundo. No tiene que ver
simplemente con la privacidad o la seguridad, dos características que son
fáciles de trivializar de parte de la gente. “Creo que en vez de usar la
palabra ‘privacidad’, utilizaría la palabra ‘control’ o ‘propiedad’. Esa es la
razón por la que nunca he estado a favor de Facebook. Porque no quería
entregarle a un tercero mi red de contactos, mis amigos y mis fotos, para que
las hiciera suyas y controlara el resto de la historia”, explica Sell.
Estamos
sentados en un restaurant en el distrito de Mission en San Francisco, cerca de
la oficina de Sell (que rehúsa en mostrarme), mientras me explica que la
generación venidera ya conoce los riesgos de compartir información en exceso.
“Todos los chicos ‘cool’ ya se han salido de Facebook. Ahora, cuando le cuento
a la gente que boicoteo Facebook, me preguntan cómo lo hago, y se muestran
bastante interesados en la idea, en vez de mirarme como si estuviera loca”,
cuenta.
“La gente
está realmente poniéndole atención a quién les entregan su información
personal”
Sell está
convencida de que la demanda por propiedad transformará al mercado: “Con esa
demanda vendrán otro tipo de productos. Creo que veremos mucho más a lo largo
de la próxima década. Estos son los tipos de compañías que lucharán y
sobrevivirán”.
Natalie
Riley ve los mismos elementos. La cofundadora de 24 años de Ansa, una
aplicación de conversación encriptada que se lanzó este año en el festival South
By Southwest y en TechCrunch Disrupt, está de acuerdo con la idea de que algo
ha cambiado en la mentalidad de las personas. Por esta razón, su equipo de
siete ingenieros reconstruyó el resultado final de Ansa agregándole una
“encriptación de carácter militar”. Wickr y Ansa utilizan sistemas diferentes,
pero cada uno de ellos informa que el tipo de comunicación que tienen las
aplicaciones se vuelve inútil para las autoridades de la ley u otra entidad que
desee revisarlas. Las compañías no podrían solicitar información, porque
literalmente no hay ninguna.
Omlet, una
“red social abierta para móviles”, fue lanzada este año y casi recién salido
del horno consiguió un socio institucional que se les quería unir: Asus, el
productor de hardware taiwanés que ya incluyó Omlet en su ZenFone, un
smartphone que ya se vende alrededor del mundo. Omlet es un ataque
extremadamente ambicioso a Facebook, ya que su modelo de negocios no se basa en
vender pescados a los publicistas. Los mensajes, las fotos, la música y los gráficos
se pueden ver en los grupos de chateo. Los usuarios pueden asociar diferentes
identidades y utilizarlas para definir distintos grupos. Esto permite que tu
abuela pueda ver una versión de ti y tus amigos del colegio otra completamente
diferente. Existe una función para hacer check-in como la de Foursquare, un
widget para hacer Gifs, una manera de crear autoadhesivos. Los usuarios
retienen toda su información personal, la que se almacena automáticamente en
Dropbox, un servidor personal u otro lugar de almacenamiento. Si no quieres que
tu información quede almacenada, desaparecerá de la nube luego de tres semanas
y puedes solicitar la devolución de tus fotos, mensajes u otro tipo de
contenido que ya hayas compartido. Y, a diferencia de Facebook Messenger, la
aplicación no le contará a nadie dónde estás cada vez que envías un mensaje.
Este es el
principio de un Big Bang comercial que abrirá todo tipos de espacios
diferentes. “Existe una grandiosa oportunidad para las aplicaciones y los
servicios de valor agregado. La oportunidad esta al mismo nivel de magnitud de
las aplicaciones que existen en la tienda iTunes y quizás más”, explica
Johannes Ernst, creador de Indie Box, un servidor que se ubica en medio de tu
“nube personal” y permite a una persona o un pequeño negocio tener más control
sobre los datos y la seguridad en comparación a la que alguien tendría en
Dropbox.
Blau vas más
allá y dice que “el auge de la información y el manejo de la privacidad” en
conjunto con “la explosión de las aplicaciones y los servicios” nos llevarán a
tener un nuevo tipo de aplicaciones: los agentes de software personales que
“acumularán tu información, la administrarán y actuarán en representación
nuestra. Hoy en día, son notificaciones que van en aumento. Mañana, van a estar
negociando por nosotros. Van a trabajar por nosotros, por ti y por mí, y no por
las compañías”.
Cuando las
personas involucradas con tecnología escuchan hablar de Omlet, la primera
palabra que dicen es Diaspora. Una red social abierta y distribuida que también
fue diseñada para luchar en contra del poder de Facebook y proteger nuestra
privacidad. También rechaza la venta de publicidad y nunca comparte
información. Hoy en día, casi dos años después de su lanzamiento, tiene una
base de usuarios cercana a los 200 mil.
Y ese es el
temor principal: una red pequeña no tiene mucho poder y probablemente tampoco
mucho futuro, pero quizás esta vez es diferente. “Es por esto que todos quieren
que su aplicación venga pre-instalada en los aparatos”, dice Monica Lam,
creadora de Omlet. Con ZenFones ya en el mercado, la aplicación está comenzando
a construir una huella incorporada con la que pocos desarrolladores pueden
incluso soñar. “Tenemos más socios que ya han firmado, pero no podemos darlos a
conocer”, confiesa Lam (a principios de junio, dijo que Samsung instalará Omlet
en su reloj inteligente Gear
De la misma
manera, Sell no es ingenua como para pensar que puede obtener el tipo de
tracción que necesitaría para reemplazar Skype confiando solamente en que los
niños encuentren su aplicación en la tienda de Apple. Puede haber desarrollado
Wickr para que haga frente al consumidor, pero ella también está atacando el
problema al nivel más alto. Esencialmente, planea incorporar la tecnología en
servidores, routers y teléfonos. En resumen, en cualquier parte donde pueda
agregar valor. “Queremos estar a cargo de todas las transacciones financieras
del mundo”, dice. Esto hace que de repente la participación de Juniper en su
financiamiento se vuelva perfectamente racional: la mismísima Wickr podría
estar al filo de volverse parte de la infraestructura de redes
.
Cuando una
tecnología como la de Wickr se incorpora en el hardware, todo cambia. Cuando
una compañía de telecomunicaciones grande puede garantizarles a sus usuarios
una comunicación anónima y segura ¿Por qué alguien habría de firmar con un
carrier que no te ofreció lo mismo? Teniendo la opción entre una alternativa
segura de correo electrónico (el próximo objetivo de Wickr) y otro que viene
tanto con publicidad como con el riesgo de intercepción del acuerdo de
confidencialidad ¿Quién podría elegir la segunda alternativa?
Como es
lógico, Nico Sell es una fanática de George Orwell, especialmente de los
slogans que adornan la pared del “Ministerio de la Verdad” en 1984 (“La guerra
es paz, la ignorancia es poder”). Riéndose de la frase, ella dice. “Bueno, ‘la
vigilancia es nuestra amiga. Resistirse es inútil’”. En ese momento, pone su
café en la mesa y deja su sonrisa de lado, cambiando el sarcasmo por una
honestidad dura: “Eso es exactamente lo que quieren que pienses. Pero la
resistencia ya está aquí”.
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