Mother's Day in the United States is
annually held on the second Sunday of May. It celebrates motherhood and it is a
time to appreciate mothers and mother figures. Many people give gifts, cards,
flowers, candy, a meal in a restaurant or other treats to their mother and
mother figures, including grandmothers, great-grandmothers, stepmothers, and
foster mothers.
Many people send cards or gifts to their
mother or mother figure or make a special effort to visit her. Common Mother's
Day gifts are flowers, chocolate, candy, clothing, jewelry and treats, such as
a beauty treatment or trip to a spa. Some families organize an outing for all
of their members or hold a special meal at home or in a restaurant. In the days
and weeks before Mother's Day, many schools help their pupils to prepare a
handmade card or small gift for their mothers.
Mother's Day is not a federal holiday.
Organizations, businesses and stores are open or closed, just as they are on
any other Sunday in the year. Public transit systems run to their normal Sunday
schedules. Restaurants may be busier than usual, as some people take their
mothers out for a treat.
The origins of Mother's Day are
attributed to different people. Many believe that two women, Julia Ward Howe
and Anna Jarvis were important in establishing the tradition of Mother's Day in
the United States. Other sources say that Juliet Calhoun Blakely initiated
Mother’s Day in Albion, Michigan, in the late 1800s. Her sons paid tribute to
her each year and urged others to honor their mothers.
Around 1870, Julia Ward Howe called for
Mother's Day to be celebrated each year to encourage pacifism and disarmament
amongst women. It continued to be held in Boston for about ten years under her
sponsorship, but died out after that.
In 1907, Anna Jarvis held a private
Mother's Day celebration in memory of her mother, Ann Jarvis, in Grafton, West
Virginia. Ann Jarvis had organized "Mother's Day Work Clubs" to
improve health and cleanliness in the area where she lived. Anna Jarvis
launched a quest for Mother's Day to be more widely recognized. Her campaign
was later financially supported by John Wanamaker, a clothing merchant from
Philadelphia.
In 1908, she was instrumental in
arranging a service in the Andrew's Methodist Episcopal Church in Grafton, West
Virginia, which was attended by 407 children and their mothers. The church has
now become the International Mother's Day Shrine. It is a tribute to all
mothers and has been designated as a National Historic Landmark.
Mother's Day has become a day that
focuses on generally recognizing mothers' and mother figures' roles. Mother's
Day has also become an increasingly important event for businesses in recent
years. This is particularly true of restaurants and businesses manufacturing
and selling cards and gift items.
Mientras
algunos atribuyen la celebración del Día de la Madre a una estrategia
mercadotecnica y comercial, la realidad es que su origen tuvo un sentido muy
diferente.
Las
celebraciones por el día de la madre se iniciaron en la Grecia antigua, en las
festividades en honor a Rhea, la madre de Jupiter, Neptuno y Plutón.
El origen del
actual Día de la Madre se remonta al siglo XVII, en Inglaterra. En ese tiempo,
debido a la pobreza, una forma de trabajar era emplearse en las grandes casas o
palacios, donde también se daba techo y comida.
Un domingo
del año, denominado «Domingo de la Madre», a los siervos y empleados se les
daba el día libre para que fueran a visitar a sus madres, y se les permitía
hornear un pastel (conocido como «tarta de madres») para llevarlo como regalo.
Esta
celebración se desarrollaba colectivamente, en bosques y praderas.
Aunque
algunos colonos ingleses en América conservaron la tradición del británico
Domingo de las Madres, en Estados Unidos la primera celebración pública del Día
de la Madre se realizó en el otoño de 1872, en Boston, por iniciativa de la
escritora Julia Ward Howe (creadora del «Himno a la república»). Organizó una
gran manifestación pacífica y una celebración religiosa, invitando a todas las
madres de familia que resultaron víctimas de la guerra por ceder a sus hijos
para la milicia.
Tras varias
fiestas bostonianas organizadas por Ward Howe, ese pacifista Día de la Madre
cayó en el olvido. Fue hasta la primavera de 1907, en Grafton, al oeste de
Virginia, cuando se reinstauró con nueva fuerza el Día de la Madre en Estados
Unidos, siendo Ana Jarvis, ama de casa, quien comenzó una campaña a escala
nacional para establecer un día dedicado íntegramente a las madres estadounidenses.
En memoria de
una madre:
Luego de la
muerte de su madre en 1905, Jarvis decidió escribir a maestros, religiosos,
políticos, abogados y otras personalidades para que la apoyaran en su proyecto
de celebrar el Día de la Madre, en el aniversario de la muerte de su propia
progenitora, el segundo domingo de mayo.
Tuvo muchas
respuestas, y en 1910 esta fecha ya era celebrada en casi todo Estados Unidos.
En 1914, el
Presidente Woodrow Wilson firmó la proclamación del Día de la Madre como fiesta
nacional, que debía ser celebrada el segundo domingo del mes de mayo.
La primera
celebración oficial tuvo lugar un día 10 de mayo, por lo que este día fue
adoptado por muchos otros países del mundo como la fecha del «Día de las
Madres».
En México,
los aztecas ya honraban la maternidad
A la madre de
Huitzilopochtli
Honrar la
maternidad también fue característica de las culturas que poblaron Mesoamérica
antes de la Conquista. Una de ellas, la azteca, rendía culto a la madre de su
dios Huitzilopochtli, la diosa Coyolxauhqui o Maztli, que según era
representada por la luna.
La mitología
cuenta que durante la creación del mundo fue muerta a manos de las estrellas,
que celosas, le quitaron la vida para que no diera a luz a su hijo
Huitzilopochtli, quien representaba al sol, sin embargo, éste sí pudo nacer,
venciendo a las tinieblas.
Los indígenas
rendían especial tributo a esta diosa y dedicaron a ella hermosas esculturas en
oro y plata, que no sólo revelan profundo sentido artístico sino la importancia
tan grande que ellos concedían a la maternidad.
La
peregrinación al Tepeyac:
El más
representativo de estos rituales era el celebrado a mediados de la primavera,
en el cerro del Tepeyac, con el fin de honrar a la madre de los dioses,
Tonantzin, cuyo nombre significa «nuestra madre venerable».
Los festejos
a la maternidad entre los aztecas eran de carácter sacro. Peregrinar desde
distintos puntos del antiguo México para honrar a Tonatzin, era un acto de
comunión cósmica y una ceremonia de reconocimiento a la propia madre.
Tonatzin, como
dice la historiadora Bibiana Dueñas, «era “la Madrecita”, y tenía por mayor
atributo la vida; ella la daba. De allí su importancia y su fuerza más grande.
Era el elemento vital de la sangre y, por lo tanto, también la guerra y la
muerte eran sus atributos». En las fiestas se le invocaba como «madre de las
divinidades, de los rostros y los corazones humanos». Tonatzin aparecía muchas
veces, según cuentan, como una señora vestida elegantemente de blanco; de noche
gritaba y pregonaba.
También
cuentan que traía una cuna a cuestas, como quien trae a su hijo en ella; iba al
mercado y se acomodaba entre las otras mujeres; más tarde desaparecía,
abandonando la cuna por ahí. Cuando las otras mujeres advertían la cuna estaba
olvidada, se asomaban a ella y encontraban un pedernal, con el cual se hacían
sacrificios en su honor.
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