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lunes, 8 de junio de 2015

SPORTING DE GIJON / ESPAÑA.





SPORTING GIJONES…

Corría el año 1905. En el domicilio de Anselmo López se produce una reunión de jóvenes entusiastas del fútbol. Sobre las hojas de un cuaderno de notas se escriben unas palabras que certifican, oficiosamente, la aparación de un nuevo equipo en la ciudad. Su nombre era Sporting Gijonés.

Los primeros entrenamientos y partidos se disputaron en la arena de la playa de San Lorenzo. Justo enfrente, en los antiguos locales del Ateneo, estaba la primera sede social del club. No es difícil imaginar la escena: acodados en la barandilla de un muro que por entonces sólo llegaba hasta el martillo de Capua, los gijoneses animaban, comentaban y seguramente criticaban ya las acciones de los primeros jugadores de un equipo que acabaría convirtiéndose en el más importante símbolo de Gijón.

El football llega a Gijón

Sin embargo, el Sporting no fue el pionero de los equipos de fútbol en la ciudad. A finales del siglo XIX, algunos hijos de la burguesía local habían hecho sus estudios en el extranjero, principalmente en Inglaterra. Allí habían practicado un nuevo juego que consistía en hacer entrar una pelota entre tres postes colocados en forma de puerta ayudándose sólo con los pies. Formaban once jugadores por equipo y había que correr y saltar, empujar y caer, y cuando el balón entraba en la portería se gritaba goal. Aquel deporte que arrasaba en las islas británicas recibía el nombre de football y los jóvenes estudiantes gijoneses empezaron a ponerlo en práctica cuando volvían a su ciudad durante el verano. La playa de San Lorenzo fue el primer estadio de fútbol de Gijón.

Desde finales del siglo XIX la moda del football se extiende rápidamente entre los jóvenes de la burguesía gijonesa, como estaba ocurriendo en otros lugares de Asturias y de España; ellos eran los únicos que por aquel entonces podían disponer no sólo del material necesario para la práctica de este deporte (botas apropiadas, camisetas, un balón...), sino también del tiempo para realizar entrenamientos y disputar los primeros partidos. El fútbol eraun deporte burgués y en buena medida elitista.

En 1902 aparece el primer equipo de fútbol organizado del que se tiene constancia: el Gijón Sport Club. Su impulsor y primer presidente fue Luis Adaro, quien había tomado contacto con el fútbol durante su etapa de estudiante en Suiza y Alemania. Celebraban sus partidos en El Bibio, y allí se disputó el primer derbi regional, en 1903, contra el Ovetense, que finalizó con el resultado de empate a cero. Empiezan a surgir sociedades deportivas por toda la ciudad, pero en aquellos primeros momentos estas no se dedicaban sólo a actividades deportivas: reuniones lúdicas, fiestas o celebraciones de diversa índole veían aparecer a los jóvenes sportman, vestidos ya con uniformes en los que aparecen las primeras iniciales y escudos. Alvargonzález, Prendes, Adaro, Hartasánchez, Figaredo... eran los apellidos de unos jóvenes que se entregaban al nuevo deporte como un acto más de distinción social.

Al año siguiente de la fundación del Sport Club, surge otro equipo en la ciudad: la Sportiva Gijonesa. Se producen los primeros enfrentamientos entre clubes organizados y la prensa, que va dando cada vez más relevancia al nuevo fenómeno, los describe como auténticos retos en los que se juega el honor de los contendientes. Tan rápido es el auge del fútbol, que ese mismo año se crea en Madrid una primera versión de la Federación Asturiana de Fútbol. Gijón, Oviedo, Avilés tienen varios equipos y se organizan partidos a nivel regional. Los clubes viven gracias a las aportaciones económicas de sus directivos y jugadores, todo dentro del más puro amateurismo: el fútbol era cosa de caballeros. Sin embargo, pronto se observa que el fútbol no es un deporte más y que puede adquirir un alto grado de representatividad social. Los encuentros que disputa en 1903 el Gijón Sport Club con el Ovetense Football Club reciben un tratamiento inusitado en la prensa, con crónicas firmadas por los primeros periodistas especializados en deportes, que cargan las tintas contra el equipo rival. Todos los encuentros se disputan, en todo caso, «ante distinguido público» ydentro de un ambiente festivo.

Anselmo López, padre del Sporting

Es en este ambiente de efervescencia futbolística cuando irrumpe con fuerza la figura de Anselmo López, el fundador, el impulsor y el alma del Sporting. En 1956, el presidente Eustaquio Campomanes, ex directivos y ex jugadores como Julio Bernaldo de Quirós o Florentino García Sordo dan testimonio ante el notario Tomás Albi de que el Sporting de Gijón es continuación de la sociedad Sporting Gijonés, que esta se había fundado en 1905 y que su primera junta directiva estaba presidida por Anselmo López. Comienza aquí, por tanto, la historia oficial del Sporting y comienza gracias a Anselmo López. Él mismo un adolescente, Anselmo López dirigía los entrenamientos de los jóvenes jugadores del nuevo equipo en la playa de San Lorenzo y también por toda la región. Se eligieron pronto los colores del club: para la camiseta, rojo y blanco, como los del Real Sporting de Vigo y otros equipos del norte peninsular; en los primeros tiempos no parecía existir uniformidad para el color de los pantalones y, como muestran algunas fotografías de la época, a veces no había más de tres jugadores con el pantalón del mismo color; en todo caso, como atestiguan asimismo muchos documentos gráficos, desde muy pronto empezó a preponderar el color azul para los pantalones del Sporting, colorque se convierte en único desde los años diez.

El Sporting, quizá por la arrolladora personalidad de Anselmo López, quizá porque no tenía un carácter tan marcadamente burgués como otros clubes de la ciudad, empezó a congregar tras de sí un numeroso público. Tanto para los jugadores como para los espectadores se hacía necesario un terreno de juego apropiado. Así, la primera hierba que pisó el Sporting fue la del llamado Prau Redondu, en la zona de El Humedal, un campo comunal que podían usar todos los equipos. Prueba de la gran afición que existía ya en torno al fútbol es que en 1906 se cobraba para presenciar un partido en este campo (la entrada costaba una perrona). Aquel primer campo de juego fue pronto abandonado y se buscaron nuevos terrenos en La Guía: La Matona (cuyo alquiler durante tres meses costó 100 pesetas) y La Flor de Valencia eran fincas que ocupó el equipo, pero que tampoco reunían las condiciones deseadas para la práctica del fútbol. Se necesitaba una sede fija y apta y se oyó por primera vez en ese momento el nombre de unos terrenos, a la vera del Piles, donde existía un viejo molino de maíz. La finca se llamaba El Molinón. Por fin tenía el Sporting un campo propio y esto ayudó notablemente a su consolidación como club y a mantener el apoyo de susaficionados.

Mientras se buscaba un terreno del juego, el Sporting Gijonés no dejaba de disputar encuentros. En agosto de 1907 tiene lugar el primer derbi entre el Sporting y un equipo de Oviedo, el Sport Ovetense. La prensa informa de la disputa del match y nos proporciona la primera alineación conocida del club: Anselmo López, Oscar, Manuel Muñiz, Constantino Palacio, Conrado Pineda, Félix Alonso, Loyola Pineda, José Morilla, Laureano Antuña, Ramón Muñiz y Eduardo García.
La implantación y el desarrollo del fútbol en la ciudad es vertiginoso y los dirigentes del Sporting se muestran más vivos que los de otros clubes. En 1908 Anselmo López lleva al Sporting por primera vez fuera de Asturias: primero Santander y, más tarde, La Coruña o Madrid verán aparecer a los jugadores de un equipo que no quiere parar de crecer. El Sporting viaja y se promociona pero, al mismo tiempo, inicia una política que le dará muy buenos frutos a lo largo de su historia: la cantera. En 1910, sólo cinco años después de su fundación, el Sporting tiene ya tres equipos, uno de adultos, otro infantil y otro mixto y se proclama campeónregional juvenil en 1911 y 1912.


El equipo de Gijón y de Asturias

Los otros dos equipos de la ciudad, el Gijón Sport Club y la Sportiva Gijonesa, no consiguen una estabilidad definitiva y, a pesar de la rivalidad existente, se empieza a hablar de una fusión entre ambos. En junio de 1911, un restaurante de Somió acoge una comida con integrantes de los dos equipos en la que se sella su fusión. Una nueva indumentaria (camiseta blanca con cuellos rojos y pantalón blanco), una foto de estudio y sólo un partido disputado como nuevo equipo son las únicas acciones que logran tomar juntos el Sport Club y la Sportiva. La fusión es un fracaso. En el Sporting de estos años diez, además del mencionado Anselmo López, jugaba el que fue la primera gran estrella del equipo: Fernando Villaverde. Fetato ocupaba el puesto de interior izquierdo y su juego, su entrega y su gran deportividad lo convirtieron en una figura que la cada vez más numerosa afición del Sporting aclamaba con gran entusiasmo.
El Sporting se va haciendo grande (en jugadores y afición) y la frustrada fusión del Sport Club y la Sportiva no hace más que allanarle el camino para alzarse con la hegemonía local. En la prensa se viven animadas polémicas entre los clubes y en 1912 se disputa un torneo triangular entre los tres equipos para dilucidar quién ostenta la primacía del fútbol gijonés. El Sporting vence a la Sportiva (6-2), pero pierde ante el Sport Club (7-1), que perdería a su vez, un mes después, con la Sportiva (6-1), aunque esta alinea a varios jugadores del Sporting (entre ellos Fernando Villaverde), lo que enciende los ánimos y las protestasdel Sport Club.

En el río revuelto del fútbol gijonés, la ganancia se la lleva el Sporting: en 1912 Alfonso XIII acepta la presidencia honorífica del club, que pasa a denominarse Real Sporting Gijonés; un año después recibe en El Molinón la también honrosa visita del Madrid Football Club y del Athletic de Bilbao. El fútbol asturiano también se consolida. En 1914 se organiza, oficiosamente, un primer Campeonato de Asturias, cuyos reglamentos había promulgado Anselmo López. Esta edición la vence el Sporting y lo mismo ocurrirá en las ocho primeras ediciones del campeonato ya oficial, iniciado en 1916. El Sporting estaba sentando las bases para convertirse en el mejor equipo de Asturias.
El fútbol crece
Los tiempos estaban cambiando: la práctica del fútbol empezaba a tener poco que ver con el altruismo idealista de los pioneros, aunque seguía siendo un deporte amateur. Se organizaban encuentros singulares entre equipos de toda España, aparecían las federaciones de fútbol y se comenzaban a disputar los primeros campeonatos regionales. Hacían falta equipos fuertes y el Sporting se contaba entre ellos. El Sport Club y la Sportiva languidecieron en estos años hasta que se produjo su desaparición, pasando muchos jugadores a formar parte del Sporting, que era ya el equipo más representativo de Gijón. Se produce entonces, el 2 de abril de 1916, una reunión de la junta directiva del Sporting (que ya había abandonado Anselmo López) en el Club de Regatas donde se toman dos importantes decisiones: una, el club abandonará el nombre de Real Club Sporting Gijonés y se pasará a llamar Real Sporting de Gijón; otra, se decide el inicio de las gestiones para comprar El Molinón.

Estaba a punto de iniciarse el primer Campeonato de España y el Sporting afrontaba esta nueva etapa como primer equipo de Gijón, con un estadio listo para estrenar y una afición entregada y fiel.
En agosto de 1917, bajo el impulso de Enrique Guisasola, llega por fin la inauguración oficial de El Molinón. Una nueva tribuna, vallas de madera alrededor del campo, vestuarios y servicios convierten El Molinón en un estadio totalmente adaptado a los nuevos tiempos futbolísticos. El acto de inauguración supone un gran acontecimiento en la ciudad, que refleja de forma definitiva hasta qué punto el fútbol se había convertido ya en un fenómeno social: se adorna El Molinón con imágenes de la Inmaculada, de Pelayo y de la Cruz de la Victoria; actúan la Banda de Gijón y un coro de 150 niños del Colegio Covadonga; el párroco de San Pedro celebra una misa y bendice las instalaciones y la bandera del club; finalmente, se disputa un partido entre el equipo titular y el reserva. Hayun lleno absoluto en El Molinón.

Los inicios del profesionalismo
Ese mismo año da comienzo la primera competición oficial de ámbito nacional, el Campeonato de España, a la que el Sporting, como campeón del torneo asturiano, tenía acceso directo. El Sporting se cruza en la primera eliminatoria con el Arenas de Guecho, un fuerte equipo que llegaría a formar parte de la Primera División de la Liga cuando esta se inauguró en 1929. La eliminatoria acaba con la victoria de los vascos (0-1 en el partido de ida y 7-0 en el de vuelta). La alineación del Sporting en su debut en el Campeonato estuvo formada por Soto, Ituarte, Campo, Conrado, Morán, Riera, Senén Villaverde, Trapote, Moré, Argüelles y Fernando Villaverde.
La competición nacional permitía al Sporting enfrentarse con importantes equipos y medir su propio potencial. La afición acudía en masa a estos encuentros y su pasión era tal que no tardaron en llegar los primeros incidentes. En 1919 el Racing de Santander cae ante el Sporting en la primera ronda del Campeonato de España. El siguiente rival es el Sporting de Vigo. El resultado del partido de ida es empate a dos. En El Molinón se repite el resultado, pero el colegiado anula un gol a los gijoneses. La afición, indignada, invade el campo. Al club se le impone una multa de 1500 pesetas más la clausura del estadio, que se consigueevitar. La figura del árbitro «embarcador» seguirá apareciendo, desgraciadamente, en otros momentos de la historia del Sporting.



El Vigo volvería a cruzarse poco después con el Sporting, esta vez de manera más dolorosa. Una dura entrada del internacional Otero le rompe la pierna a Fernando Villaverde, lo que le obliga a retirarse del fútbol. El Sporting, sin embargo, tenían un buen recambio para sustituir a su gran figura: Manolo Meana. Capitán, entrenador y líder indiscutible de un equipo en el que había debutado con tan sólo 16 años, Meana fue el primer asturiano que llegó a convertirse en internacional absoluto con la Selección española.
A El Molinón acudían habitualmente unos tres mil espectadores, pero esta cantidad se doblaba cuando el partido era de especial interés. El paso por taquilla de tantos espectadores dejaba buenos ingresos en las arcas del club, pero los gastos que se debían afrontar para pagar la compra del estadio no le permitían lograr un desahogo económico. A principios de los años veinte se empiezan a oír por primera vez los susurros del profesionalismo, que acabarían siendo al final de la década un gran estruendo. Fútbol y dinero comienzan a ser vistos por algunos como términos incompatibles. Así, la Federación Asturiana llega a acusar de «profesionalismo» al Sporting por haber comprado, supuestamente, a Bericua, portero del Racing de Mieres. No se pudo demostrar tal compra, pero la polémica sobre el profesionalismo encubierto ya había estallado.

El Sporting sigue disputando y ganando el Campeonato regional y organiza partidos amistosos como preparación para sus participaciones en el Campeonato de España. En 1921 tiene lugar el primer partido internacional que se celebra en El Molinón. El rival es el Sporting de Portugal, que cae derrotado ante el cuadro local en los tres encuentros que se disputan. Otros equipos extranjeros llegarán posteriormente a Gijón. El Fussball Club Bern, de Suiza, el británico Middlesex Wanderers FCA o el yugoslavo Gradjanski eran recibidos por un Sporting en alza, dispuesto siempre a marcarse nuevos retos.
La prueba más evidente del poderío regional mantenido por el Sporting es su aportación a la Selección asturiana. En 1923, seis de los jugadorestitulares de la Selección (Meana, Germán, Bango, Corsino, Bolado y Argüelles) son del Sporting y esa Selección, el 23 de febrero de este mismo año, logra alzarse con el Campeonato de España, venciendo en la final a Galicia en el campo vigués de Coya por 3 a 1. A su vuelta a Asturias, los campeones son recibidos por una multitud en las calles de Gijón.

Los partidos de preparación y el gran trabajo que se estaba realizando a nivel regional dan sus frutos en el Campeonato de España cuando el Sporting alcanza las semifinales en 1922. El rival es el poderoso Barcelona, que empata a uno en El Molinón y vence en su estadio por 7 a 2. Al año siguiente, la historia se repite: se alcanzan las semifinales, el rival vuelve a ser un equipo de Barcelona, esta vez el Europa, y el Sporting vuelve a quedar eliminado. Sin embargo, el desarrollo de los acontecimientos es distinto en esta ocasión. En la ida, el Europa venció por 2 a 0, resultado que igualó el Sporting en El Molinón. Como era costumbre en la época, se tuvo que jugar un partido de desempate en campo neutral. En el Metropolitano de Madrid, el Sporting sufrió un arbitraje «ultrajante » que benefició durante todo el partido al equipo barcelonés. Con 1-2 en contra en el marcador, Meana consigue batir al portero rival, pero el colegiado (que era además presidente del Colegio Nacional de Árbitros) anula el gol. A los pocos minutos, los catalanes sentencian el partido con un nuevo gol, que viene precedido de una clara falta sobre el portero Amadeo. Ante tal «robo», los jugadores del Sporting deciden abandonar el campo, con lo que se da por vencedor al Europa. El árbitro fue castigado con un mes de inhabilitación.



La supremacía en el fútbol asturiano se vuelve a poner en juego en la final del Campeonato regional de 1924. Tras ocho victorias consecutivas, el Sporting pierde en la final de este año frente al Stadium Ovetense, que acaba con la racha rojiblanca y venga la humillante derrota que había sufrido el Club Deportivo Oviedo ante los gijoneses por 17 a 0 pocos años antes. A pesar de las últimas derrotas, el Sporting mantiene su gran nivel y sigue aprovechando la inagotable cantera gijonesa. Así, en la temporada 1924-25 se produce el debut de una figura inolvidable para el sportinguismo, Ramón Herrera,apodado el Sabio.
Un cambio radical

El Sporting lo tiene todo para dar el salto definitivo como club: un estadio, una cantera que no deja de proporcionar valiosos jugadores y una entregada afición. Sin embargo, le falta visión de futuro. En unos momentos históricos en los que la llegada del profesionalismo y el cambio radical que esto conllevaba para el mundo del fútbol era ya inminente, el Sporting seguía aferrado a los principios morales y «filosóficos» del amateurismo. Ahogado de manera progresiva por las deudas, el Sporting no se decidía sin embargo a aceptar el nuevo rumbo que había tomado el fútbol. Ya no eran los tiempos de las «pachangas» en la playa, de los matchs entre caballeros y de las distinguidas damas de la burguesía alejando el calor del verano con sus abanicos mientras presenciaban una fiesta deportiva, heroica e idealista. Desde luego que entre el público que asistía a El Molinón y que leía las crónicas deportivas de los periódicos (Trensor, el popular cronista deportivo de El Comercio, hablaba ya en 1918, refiriéndose a los cambios que se intuían, de la «decadencia del fútbol») había muchas personas que mantenían una visión del fútbol de los «pioneros», pero era evidente que el Sporting, comotodos los equipos españoles, era «algo más que un club» deportivo y no podía aislarse en el amateurismo si no quería quedarse atrás. Sin embargo, así ocurrió, y el primer beneficiado de la falta de visión del Sporting fue el Oviedo. Con su fichaje por 30.000 pesetas del pequeño de los Herrera (Eduardo Herrera, Herrerita), el club carbayón comenzó a forjar su etapa más gloriosa en el fútbol nacional, mientras abandonaban el Sporting jugadores como Tronchín, Pena, Adolfo... aceptando ofertas de otros clubes.
Cuando todos los equipos se refuerzan, invirtiendo buenas cantidades de dinero, el Sporting pierde a jugadores que harán grandes a otros clubes. Se empieza a oír hablar de una nueva competición, la Liga, a finales de los años veinte. La mala adaptación del Sporting a la llegada del profesionalismo condicionará negativamente su primera andadura en la más importante competición nacional.

A partir de aquel partido, el Sporting, como equipo y como club, perdió el apoyo de sus aficionados, lo único que le podía asegurar cierta dignidad en este tenebroso año. El Sporting siguió perdiendo partidos, empatando alguno, Maceda se fue y llegó Novoa para gestionar el desastre, con el que se ganó el primer partido de la temporada, el 8 de febrero de 1998, en la jornada número 24, un 2 a 1 al Racing con goles de Rodrigao y Tomás. Poco más de un mes más tarde, el Sporting fue matemáticamente equipo de Segunda División, Novoa se fue y José Antonio Redondo dirigió los últimos siete encuentros, en los que aún hubo tiempo de arrancar un empate (en Zaragoza) y la segunda victoria (1 a 0 ante el Español, el 5 de abril, con gol de Cherishev).
De 38 partidos el Sporting perdió 29, empató siete y ganó 2, logrando la cifra récord en Europa de 13 puntos. La herida que se produjo en el sportinguismo durante esta fúnebre temporada se mantuvo abierta y sangrando durante años.

Años tristes
Con el descenso, los problemas económicos arrastrados por el club se multiplicaron y vinieron a dificultar la ya de por sí torpe planificación deportiva para la nueva etapa en Segunda. Antonio López, desconocido entrenador que había dirigido a la selección de Bolivia, es el encargado de tratar de devolver al equipo a Primera, o ese era al menos el objetivo que habían transmitido los dirigentes del club. Durante la presentación de la plantilla, Ángel García Flórez, presidente de la entidad por delegación del máximo accionista, José Fernández, es abucheado por la grada durante su discurso. Nadie, puede que ni siquiera él mismo, oyó aquellas palabras. Las buenas intenciones que presumiblemente prometían no se cumplieron.

Antonio López fracasó, llegó Aad de Moss, el Sporting pareció remontar, pero pinchó. Pedro Braojos, segundo entrenador del holandés, se hizo cargo del equipo hasta final de temporada, en que acabó noveno, a 14 puntos del ascenso. En 1999-2000, segunda temporada en Segunda, Braojos en el banquillo, el Sporting que llega a situarse muy cerca del ascenso, y nuevo pinchazo, nuevo cambio de entrenador (Ciriaco) y novenopuesto final, esta vez a seis puntos del ascenso. En lo económico, mientras tanto, las cosas no pueden ir peor y la inestabilidad se traslada al consejo de administración. Tras la dimisión del presidente, Ángel García Flórez, la junta general de accionistas elige a Germán Ojeda para dirigir la entidad. Polémicas de todo tipo rodean su mandato; la quiebra económica de la entidad y la posible desaparición de la sociedad anónima sobrevuelan como buitres famélicos alrededor de un moribundo Sporting. En julio, Juan Pérez Arango se convierte en presidente del club y negociará, la temporada siguiente, la única solución posible que se le encuentra a la desesperada situación económica de la entidad: el Ayuntamiento compra la Escuela de Fútbol de Mareo y la marca Sporting, lo que permite al club tomar algo de aire.

En lo deportivo, la temporada 2000-2001 vuelve a ofrecer más de lo mismo: proyecto frustrado de entrenador (Vicente Cantatore), sustitución por un hombre de la casa (Pepe Acebal) y posición final alejada de la lucha por el ascenso. Mientras, en estas temporadas han ido surgiendo valores de Mareo, como Sergio Fernández, Sergio Sánchez o Pablo Amo, que irán siendo traspasados tan pronto como el Sporting recibeuna oferta por ellos.

Acebal sigue en la temporada 2001-2002 y tiene como mínimo el mérito de haber ascendido del segundo equipo a un joven jugador que, por primera vez en mucho tiempo, se convertirá en ídolo de la afición sportinguista: David Villa marca 19 goles y ayuda a una remontada del equipo que vuelve a amagar, pero no termina de rematar. Las victorias al Oviedo en Copa (4-2 en la primera eliminatoria, a partido único) y en Liga (0-2 con goles de Lozano y Villa y un empate a cero en El Molinón con gol anulado a los rojiblancos en el último minuto) no hacen olvidar la realidad de que el Sporting permanecerá un año más en Segunda División.

Para la siguiente temporada llegan Bauzá y Cristian Díaz, pero se va al Deportivo de la Coruña uno de los mejores defensas que ha dado el Sporting en los últimos años, Pablo Amo. Con Villa como referencia, Acebal sigue en el banquillo, pero es destituido a las pocas jornadas. La vuelta de Maceda no logrará mejorar el rumbo. Se consigue una buena racha de victorias, pero poco a poco se vuelven a esfumar las posibilidades de ascenso. Finalizada la temporada, la venta de Villa al Zaragoza, la inestabilidad económica y la mediocre marcha del equipo provocan una desilusión mayúscula en la afición, sólo en parte mitigada por la debacle que sufre este año el equipo rival. Poco bueno cabía esperar para la siguiente temporada.


JUNIO 2015!
El recibimiento que tuvieron de madrugada los jugadores del Sporting es tan solo la antesala de lo que se vivirá hoy en Gijón. La fiesta continuará y los esportinguistas podrán ver a sus ídolos esta tarde.

El Ayuntamiento de Gijón ha informado esta mañana que la comitiva del autobús del Sporting saldrá desde el Fondo Norte de El Molinón a las 18.30 horas por la avenida del Molinón, continuará por la avenida de Castilla, avenida de la Costa, la plaza del Humedal, Álvarez Garaya, la plaza del Carmen, Munuza, la calle de los Moros, Jovellanos, el Náutico y la calle Cabrales hasta llegar al Ayuntamiento.

Cientos de aficionados colapsaron pasadas las doce de la noche el aeropuerto de Asturias para esperar a que llegase el vuelo que había llevado sus sueños a Primera División, en el que viajaba la plantilla que volaba desde Sevilla en una nube tras ganar tres goles a cero al Betis y ver como el Lugo empataba ante el Girona.

La fiesta continuó en las calles de Gijón. Miles de personas se habían congregado para ver el partido en la Plaza del Marqués. La euforia estalló cuando sonó el pitido final del partido en Girona, donde un gol del delantero lucense Becerra en los últimos segundos llevaba al Sporting a Primera.


La noche fue larga en Gijón y el segundo acto de la celebración con los protagonistas tendrá lugar esta tarde.


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