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domingo, 31 de mayo de 2015

LA FINAL COPA DEL REY 2015 / ESPAÑA






BARZA COPA DE REYES 2015.
La Copa del Rey es el torneo del Barcelona. Por si había dudas, el conjunto azulgrana aumentó su distancia en el palmarés con el Athletic, víctima de la final en el Camp Nou. El equipo de Luis Enrique suma ya 27 títulos por los 23 del conjunto vasco.

Es la quinta ocasión en la que el Barça supera en la final al Athletic, su máximo rival por la condición de Rey de Copas. Además, los tres últimos trofeos coperos del conjunto azulgrana han sido precisamente ante el equipo vasco.



Más lejos queda ya el Madrid, con 19 títulos, o el Atlético, con diez. El Rey de Copas no faltó a su cita con el título y su dominio de la competición es, a día de hoy, indiscutible.

Leo Messi volvió a hacerlo. Apareció en un partido grande, y su irrupción estuvo a la altura del compromiso y del escenario. Firmó el 0-1 tras una arrancada desde la derecha en la que dejó tirado a medio Athletic y alquitranó el camino del Barça hacia el Triplete. Ya han caído Liga y Copa. Espera la Juve, que debe estar temblando ante la enésima exhibición del mejor futbolista del mundo.


Ernesto Valverde tenía razón. Dijo que ni él ni nadie sabían cómo parar a Messi. Porque este Messi, el de la temporada 14-15, es un futbolista incontenible. El Txingurri lo intentó con Balenziaga, que de salida se aplicó con celo sobre el argentino. Le atosigó lo que pudo. Hubo agarrones, braceos, contacto… hasta que Leo se enfadó.

Nadie sabe si Messi pensaba que ese balón tonto que agarró en el minuto 20 se iba a convertir en uno de sus goles de museo. Posiblemente ni Leo. Pero sí sabe que si alguien podía hacerlo, irse de Beñat, darse un autopase ante Balenziaga, reventar en carrera a Mikel Rico y recortar dentro del área a Laporte, era él y sólo él. Puso la firma su penúltima obra de arte con un zurdazo seco pegado al palo corto de Herrerín.




El gol llegó cuando el Barça ya atormentaba al Athletic, que opuso una salida vigorosa pero escasa resistencia ante la línea creativa de Luis Enrique. Las marcas individuales tampoco ayudaron. Más bien contribuyeron a una confusión en la que Messi fue encontrando socios que coleccionaron llegadas por todos los perfiles, incluyendo un gol mal anulado a Neymar (pase de Leo) antes del 0-1. El brasileño, Neymar, Rakitic, Suárez e Iniesta descosieron al Athletic por dentro y por fuera.

Otra aparición de Messi activó la conexión entre Rakitic y Suárez que precedió al 0-2, un regalo del uruguayo a Neymar. Herrerín no pudo evitarlo, aunque dejó un buen muestrario de paradas que evitaron que la final quedara aún más desequilibrada tras el primer acto.



En el segundo, el Barça jugó con el retrovisor en Berlín. El Athletic adelantó líneas, con un Williams tremendamente combativo, pero poco más. Aduriz bregó sin éxito e Iraola apenas pudo aportar en su último partido con el Athletic. También se despidió sobre el césped Xavi, sustituto de un Iniesta, tocado en el gemelo, que supuso la única sombra en el incontestable triunfo culé.

Lo certificó, quién si no, Leo Messi, que hizo el tercero en la recta final, cuando la hinchada del Athletic, que al menos ganó el partido de la grada, ya agradecía el esfuerzo de los suyos. Fue tras un centro desde la derecha de Alves al que Leo llegó con más hambre que nadie.



Fue el bocado definitivo del rey León. Luego llegó el gol de Williams, poco más que mero maquillaje, aunque al menos permitió al Athletic morir de pie. Pero poco más. Porque el partido perteneció de punta a punta a Lionel Andrés Messi, que hace cuatro meses se fijó el reto del Triplete. Lleva dos de dos. En Berlín tiene la oportunidad de seguir adornando su leyenda.


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