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domingo, 24 de julio de 2016

DIA DEL PISCO DEL PERU / DAY PISCO OF PERU / 馏分葡萄秘鲁




Perú es el resultado de esa mezcla de biodiversidad y multiculturalidad que se remonta a la llegada de los europeos a tierras americanas, y quizás hasta mucho antes.


La uva llega a Perú
La historia del pisco se remonta a la llegada de los conquistadores españoles, en 1532, a tierras dominadas por los incas. Sedientos de codicia, los invasores vinieron en busca de “El Dorado”, lugar mítico donde abundaba
el oro no sin enfrentar miserias, pelear batallas sangrientas y esquivar flechazos y garrotazos. En éste proceso, los colonizadores trajeron productos de Europa que les hicieron la vida más familiar, entre estos: el ganado, el aceite de oliva y la vid.

Una vez fundada Lima, en 1535, se construyeron las primera iglesias de la nueva colonia. Estas requerían de vino consagrado para los servicios religiosos, además de cimentar la evangelización. El vino que trajeron los conquistadores era escaso y atesorado con celo como para dárselo todo a la santa iglesia, es por esta razón que se empezó a cultivar viñedos en las tierras conquistadas.



Los historiadores coinciden en que las primeras uvas las trajo el Marqués Francisco de Caravantes en 1553, muy probablemente de las islas Canarias, en el Océano Atlántico frente a las costas noroccidentales del África. No obstante, existe un acalorado debate sobre dónde se originó la producción del vino en Perú, pero queda claro que en 1563 se inició el cultivo de viñedos en las soleadas tierras del valle de Ica, con la intención de producir sus propios vinos. Con los años, la adaptación de la vid al clima local y la experimentación en la elaboración del vino, dieron  como resultado que el Virreinato del Perú se convirtiera en el principal productor vitivinícola de todo el continente durante los siglos XVI y XVII.


Origen del pisco
No queda claro dónde fue el primer lugar en que se produjo aguardiente de uva en Perú, pero en 1572, Álvaro De Ponce fundó el pueblo Santa María Magdalena en el valle de Pisco, que con el paso del tiempo se llamaría simplemente Pisco y ser el lugar más importante para la comercialización y exportación de aquel aguardiente que llevaría su nombre.
No obstante, el origen de la palabra “pisco” viene del quechua. El cronista español Pedro Cieza de León narra en su Crónica General del Perú que un siglo antes de la llegada de las primeras cepas a tierras sudamericanas, Chuquimanco, cacique prehispánico y señor de las tierras al sur de Lima, llamaba pishqus a las aves que veía volar durante los atardeceres frente al mar. “Pisco es nombre de pájaros”, concluía el cronista.


Según el historiador peruano Lorenzo Huertas la producción de aguardiente se inició a fines del siglo XVI, una vez destilado los mostos de la uva y convertido en aguardiente, éste se almacenaba en tinajas de arcillas llamadas “pisco”.  Johnny Schuler  propietario de La Caravedo que produce el recientemente premiado pisco Portón dice: “entonces se hablaba de 20 piscos de aguardiente  o 100 piscos de aguardiente, (usar cursiva)  que, a la larga,  fueron llamados simplemente pisco”. De otro lado, Francisco de Caravantes (probablemente hijo del marqués), habría sido el primero en identificar el aguardiente con el pueblo de Pisco. En un documento de 1630 dice, “el valle de Pisco, sigue siendo el más abundante de excelentes vinos de todo el Perú. Desde allí uno que compite con nuestro Jerez, el llamado ‘aguardiente Pisco’, por extraerse de la uva pequeña, es uno de los licores más exquisitos que se bebe en el mundo.”, entonces esto demuestra que el pisco gustó a muchos desde sus orígenes.


Expansión del pisco
La historia del pisco está plagada de triunfos, excesos y caídas. En pocas décadas  el pisco se convirtió en el licor preferido por las multitudes, además de ser un elemento valioso de intercambio. Alrededor de 1580  Sir Francis Drake, el famoso navegante y explorador inglés que también traficó esclavos en el nombre de Su Majestad, incursionó en el puerto de Pisco y pidió un rescate por los prisioneros que tomó,  los pobladores completaron el rescate pagándole con 300 botijas de pisco.
La producción local de vino y pisco llegó a niveles de gran escala gracias a los jesuitas que lo producían en Lima, Arequipa, Cusco, Ayacucho y Potosí en el Alto Perú (Bolivia actual). Para el siglo XVII, la comercialización de vino y pisco se expandió con rapidez y fue llevado más allá de los límites del imperio español comercialización que se realizaba por el puerto de Pisco.
La Corona española quiso prohibir la producción y el comercio de pisco y vinos en el Perú, pero eso no impidió el desarrollo de una intensa actividad vitivinícola, principalmente en el corregimiento de Ica, que generó un importante movimiento marítimo en la costa del Océano Pacífico durante los siglos XVII y XVIII. Paradójicamente desde 1670, los valles de Ica y Pisco produjeron principalmente aguardiente de uva en “botijas de Pisco”. El investigador argentino Pablo Lacoste refiere que hacia 1767, la producción de aguardiente, que provenía en buena medida de la región de Pisco, representaba el 90 por ciento de la producción vitivinícola total durante el siglo dieciocho.


Renacimiento del pisco
El Perú fue un país donde la gente se ufanó alguna vez de beber whisky y cerveza. La cultura del pisco desapareció y fue relegada durante décadas. Algún sociólogo tendrá que escribir algún día sobre ello. Como consecuencia de conflictos constantes,  el nivel de producción del pisco fue disminuyendo durante el siglo XX, hasta llegar a las 11.500 hectáreas cultivadas en 2002. Las razones fueron la falta de incentivos y substitución de cultivos por otros más rentables a corto plazo. A principios de 2003 el Gobierno peruano decidió promocionar el incremento de las áreas de cultivo y su exportación, dictando medidas especiales para cumplir este objetivo.
La base legal existía. En 1964, la Ley Nº 15.222, estableció que El Poder Ejecutivo, debía fijar las “condiciones a las que deberán sujetarse la elaboración de aguardientes de uva para que sus fabricantes puedan tener derecho a usar la denominación “Pisco”, aisladamente o seguida de la respectiva marca específica, con indicación expresa del lugar de elaboración”. Casi tres décadas después, en 1990, el término “Pisco” fue declarado como denominación de origen peruana. Lo que siguió fue una campaña con mucha fuerza para retomar una tradición  de producción y consumo que se había perdido un siglo atrás.


Hoy en día, el pisco es nuestra bebida de bandera y además un producto de exportación no tradicional muy importante. Falta aún mucho por hacer, pero lo más importante ha sido trazado: consumir una de las bebidas más puras del mundo porque no contiene agua a diferencia de otros productos similares y que además, es una de las más versátiles para la coctelería.

Fuente información:  http://museodelpisco.org/espanol/todo-sobre-el-pisco




Peru is the result of the mix of biodiversity and multiculturalism that dates back to the arrival of Europeans to America, and perhaps much earlier.


The grapes reach Peru
Pisco history dates back to the arrival of the Spanish conquistadors in 1532, a land ruled by the Incas. Thirsting for greed, the invaders came in search of "El Dorado", a mythical place where abounded
gold is not without facing misery, fighting bloody battles and dodge arrows and clubs. In this process, the colonizers brought European products that made them the most family life, among them: cattle, olive oil and vine.

Once founded Lima in 1535, the first churches were built the new colony. These required of consecrated wine for religious services, in addition to cement evangelization. The wine brought by the conquerors was scarce and jealously treasured as to give it all to the holy church it is for this reason that began to cultivate vineyards in the conquered land.



Historians agree that the first grapes brought them the Marquis Francisco de Caravantes in 1553, most likely from the Canary Islands in the Atlantic Ocean off the northwestern coast of Africa. However, there is a heated debate on where wine production originated in Peru, but it is clear that in 1563 the cultivation of vineyards began in the sunny lands of the valley of Ica, with the intention of producing their own wines. Over the years, the adaptation of the vine to the local climate and experimentation in winemaking, resulted in the Viceroyalty of Peru became the main wine producer across the continent during the sixteenth and seventeenth centuries.


Origin of pisco
It is not clear where was the first place that came grape brandy in Peru, but in 1572, Alvaro De Ponce founded the town of Santa Maria Magdalena in the valley of Pisco, which over time simply Pisco would be called and be the more important for marketing and export of that spirit that would bear his name instead.

However, the origin of the word "pisco" comes from the Quechua. The Spanish chronicler Pedro Cieza de León tells in his General Chronicle of Peru a century before the arrival of the first strains South American lands, Chuquimanco, prehispanic cacique and lord of the land south of Lima, called pishqus birds he saw flying during the sunset by the sea. "Pisco is the name of birds" concluded the writer.

According to the historian Lorenzo Huertas Peruvian brandy production began in the late sixteenth century, once distilled grape musts and become spirits, it was stored in clay jars called "pisco". Johnny Schuler manage La Caravedo that produces recently awarded Pisco Portón says, "there was talk of 20 or 100 pisco brandy pisco brandy (using italics) that eventually were called simply pisco". On the other hand, Francisco de Caravantes (probably son of the Marquis), would have been the first to identify the brandy with the people of Pisco. In a 1630 document he says, "the valley of Pisco, remains the most abundant of fine wines from around Peru. From there one that competes with our Jerez, the so-called 'brandy Pisco', by drawn from the small grape, is one of the most exquisite liquors drunk in the world. "Then this shows that pisco like many from his origins.


Expansion of pisco
The history of pisco is full of triumphs, excesses and falls. In a few decades the pisco became the preferred by the crowds, besides being a valuable exchange liquor. Around 1580 Sir Francis Drake, the famous navigator and English explorer who also trafficked slaves in the name of His Majesty, entered the port of Pisco and demanded a ransom for the prisoners took, villagers completed the rescue pay him 300 jars of pisco.

Local production of wine and pisco reached levels of scale thanks to the Jesuits that produced in Lima, Arequipa, Cusco, Ayacucho and Potosí in Upper Peru (now Bolivia). By the seventeenth century, the marketing of wine and pisco expanded rapidly and was taken beyond the limits of the Spanish empire that was made by marketing the port of Pisco.

The Spanish Crown wanted to ban the production and trade of pisco and wines in Peru, but that did not stop the development of an intense wine activity, mainly in the village of Ica, which generated an important marine movement in the Pacific Ocean during the seventeenth and eighteenth centuries. Paradoxically since 1670, the valleys of Ica and Pisco grape brandy produced mainly in "jars of Pisco". The Argentine researcher Paul Lacoste states that by 1767, production of brandy, which came largely from the region of Pisco, represented 90 percent of total wine production during the eighteenth century.


Renaissance pisco
Peru was a country where people once boasted drinking whiskey and beer. Pisco culture disappeared and was relegated for decades. A sociologist will have to write about it someday. As a result of constant conflict, the level of pisco production was decreasing during the twentieth century, reaching 11,500 hectares in 2002. The reasons were the lack of incentives and substitution of crops more profitable in the short term. In early 2003 the Peruvian Government decided to promote the increase of crop areas and export, dictating special measures to meet this objective.

The legal basis existed. In 1964, Law No. 15,222 Law, established that the Executive Branch must set the "conditions that must be subject making grape spirits for their manufacturers may be entitled to use the name" Pisco ", alone or followed by respective specific brand, expressly indicating the place of preparation. " Nearly three decades later, in 1990, the term "Pisco" was declared as an appellation of Peruvian origin. What followed was a campaign very hard to resume a tradition of production and consumption that had lost a century ago.

Today, the pisco is our national drink and also a product of very important non-traditional exports. Much remains to be done, but the most important has been drawn: consume one of the purest beverages in the world because it contains water unlike other similar products which also is one of the most versatile for cocktails.

Fuente información:  http://museodelpisco.org/espanol/todo-sobre-el-pisco




domingo, 10 de julio de 2016

DIEGO QUISPE TITO / PINTOR VIRREYNAL / ESCUELA CUZQUEÑA DEL PERU.


DN. DIEGO QUISPE TITO

El movimiento pictórico colonial en el Perú, especialmente en el Cusco, tiene sus propios paradigmas, protagonistas célebres y anónimos, que habiendo nacido en las entrañas del mismo pueblo, llegaron a destacar y representar corrientes artísticas; tal es el caso de: Don Diego Quispe Tito, pintor peruano, cusqueño de nacimiento, de origen indígena, perteneciente a una de las más ilustres panacas imperiales, considerado como uno de los miembros destacados  y el mas insigne representante de la Escuela Cusqueña del siglo XVII, nació en el distrito de San Sebastián el año de 1611. Su actividad artística de Diego Quispe Tito se desarrolló a partir de 1627 a 1681, las evidencias documentales respecto a su obra son escasas; pero se sabe que existe una amplia productividad artística-plástica de éste genial pintor andino. Fue seguidor del pintor Gregorio Gamarra, que llegó al Cusco, y éste a su vez fue discípulo del Padre jesuita Bernardo Bitti, con la llegada de éste clérigo artista marca el inicio del desarrollo del arte cusqueño.


En el virreinato, muchos pintores indígenas trabajaban como asistentes aprendices a órdenes de los maestros españoles; pero, a medida que avanzaba el tiempo, algunos de los indígenas fueron alcanzando la maestría y abriendo talleres propios, hasta dejar a los maestros españoles, hasta que se produjo la separación definitiva entre ambos sectores, hecho que, según Mesa Gisbert, marcaría el punto de partida para la naciente Escuela Cusqueña. Precisamente entre otros, dos maestros indígenas fueron los que dominan esta corriente pictórica: Basilio Santa Cruz Pumacallao y Diego Quispe Tito, estas personalidades terminan por imponer su estilo frente a los españoles y criollos.

Las producciones pictóricas de Diego Quispe Tito tuvieron dos etapas. La primera se caracterizó por la influencia del manierismo, porque en sus obras existen ciertos rezagos del estilo italiano y la segunda se puede ver la influencia en los grabados y tablas de artistas flamencos como Antonio Wierix o Ferdinand Bol.



En la “Visión de la cruz” (1631) y “La Ascensión” (1634), dos de sus primeras obras, ya se aprecia la esquematización lineal y el gusto por los elementos decorativos característicos de las obras de madurez de este autor de procedencia indígena. Plantas, flores y pájaros autóctonos se mezclan con arquitecturas extraídas de estampas europeas. Esto, unido a una especial atención por el detalle y lo anecdótico, dio lugar a una escuela que tuvo gran repercusión en la tradición pictórica andina.

En el templo de San Sebastián (Cusco) se conserva la mayor cantidad de sus obras, agrupada cuatro grandes ciclos: una serie de lienzos sobre la vida de san Juan Bautista, realizada hacia 1663 en base a los grabados de Cornellis y Phillipe Galle. Así mismo “La Pasión”, “El Martirio de San Sebastián”, y “Los Doctores de la Iglesia”. De igual manera pintó otros como: San Isidro Labrador (1680), La Piedad, hoy en la capilla sebastiana San Lázaro, El Retorno a Egipto (1680), La Sagrada Familia y una magnífica serie de paisajes. Según  los críticos, estudiosos de la escuela cusqueña, Diego Quispe Tito fue pintor de pueblo, cuyas excepcionales habilidades llegaron a transformar la pintura cusqueña. Con él sus paisajes adornados de flores, ríos, cerros se impuso la influencia flamenca. Sus obras también se encuentran en las iglesias de Santo Domingo, Santa Ana (Cusco), y la obra cumbre de Quispe Tito es el Zodíaco de la Catedral de Cusco (1681), en razón a que cada lienzo posee una imagen correspondiente a una casa astral, relacionada a escena del Evangelio, como parábolas y la vida de Cristo, es decir que cada signo pertenece a una cita bíblica.


En 1675, siendo ya famoso y solicitado, realizó por encargo de los franciscanos el gran lienzo de “El de las Postrimerías del Hombre”, conocido como: “El Juicio Final”, (iglesia de San Francisco- Cusco), en ella se puede observar y apreciar la variedad de estilos que dominó el artista, como el manierismo, flamenco y el barroco. Es de señalar que las obras de Quispe Tito fueron enviadas a diferentes partes del virreinato, como el alto Perú: Bolivia y Ecuador, marcando fuerte influencia el de la denominada tendencia estilística potosina (Bolivia) y quiteña (Ecuador), en la que podemos encontrar dos obras firmadas por él, en la Casa de Moneda de Bolivia y Catedral de Quito Ecuador. Fue Quispe Tito el maestro cobrizo que introdujo en la pintura cusqueña los elementos flamencos de paisajes y ciudades, fuentes y jardines, aves y flores, las telas finas y los brocados en los ropajes femeninos y angélicos. Sus lienzos salieron del Cusco y llegaron a La Paz y Potosí. Dejó una larga lista de discípulos, la impronta de su taller y una obra no superada. Está considerado, repetimos, el mejor pintor indio de la Escuela Cusqueña.

La Escuela Superior Autónoma de Bellas Artes del Cusco lleva el nombre de este ilustre pintor colonial cusqueño del siglo XVII, como fue Don Diego Quispe Tito.



MR. DIEGO QUISPE TITO
The pictorial colonial movement in Peru, especially in Cusco, has its own paradigms, famous and anonymous protagonists, having been born in the bowels of the same people came to stand out and represent artistic trends; Such is the case of Don Diego Quispe Tito, Peruvian painter, cusqueño of birth, of Indian origin, belonging to one of the most illustrious imperial panacas, considered one of the outstanding members and the most famous representative of the Cusco School of the century XVII, was born in the district of San Sebastian 1611. his artistic activity Diego Quispe Tito was developed from 1627 to 1681, the documentary evidence about his work are scarce; but it is known that there is a broad artistic-plastic productivity of this great painter Andean. He was a follower of the painter Gregorio Gamarra, who came to Cusco, and this in turn was a disciple of the Jesuit Father Bernardo Bitti, with the arrival of this cleric artist development marks the beginning of Cuzco art.


In the Viceroyalty, many indigenous painters worked as assistants apprentices orders of Spanish teachers; but as time progressed, some of the Indians were reaching mastery and opening own workshops to leave the Spanish masters, until there was a final separation between the two sectors, a fact that, according to Mesa Gisbert, mark the point starting for the nascent Cusco School. Precisely among others, two indigenous teachers were those who dominate this pictorial trend: Basilio Santa Cruz and Diego Quispe Tito Pumacallao, these personalities end up imposing his style against the Spanish and Creole.


The pictorial productions Diego Quispe Tito had two stages. The first was characterized by the influence of Mannerism, because in his works there are some remnants of the Italian style and the second you can see the influence engravings and tables flamenco artists such as Antonio Wierix or Ferdinand Bol.

In the "Vision of the Cross" (1631) and "The Ascension" (1634), two of his early works, and linear flowcharting and taste is appreciated by the decorative features of the mature works of this author of origin indigenous. Plants, flowers and native birds mingle with architectures drawn from European engravings. This, coupled with special attention to detail and anecdote, gave rise to a school that had a great impact in the Andean pictorial tradition.



In the temple of San Sebastián (Cusco) Most of his works are preserved, grouped four major cycles: a series of paintings on the life of John the Baptist, made around 1663 based on the recorded Cornellis and Phillipe Galle. Also "The Passion", "The Martyrdom of Saint Sebastian" and "Doctors of the Church". Similarly painted others such as San Isidro Labrador (1680), La Piedad, today in the chapel sebastiana San Lazaro, Return to Egypt (1680), La Sagrada Familia and a magnificent series of landscapes. According to critics, scholars from the Cusco School, Diego Quispe Tito was a painter of people, whose exceptional skills came to transform cusqueña painting. With him its ornate flowers, rivers, mountains landscapes Flemish influence prevailed. His works are also found in the churches of Santo Domingo, Santa Ana (Cusco), and the masterpiece of Quispe Tito is the Zodiac of the Cathedral of Cusco (1681), for the reason that every canvas has an image corresponding to a house astral, related to the Gospel scene, as parables and life of Christ, ie each sign belongs to a biblical quote.


In 1675, already famous and sought after, made by order of the Franciscans the large canvas of "The of the Last Things of Man", known as "The Last Judgment" (Church of San Francisco- Cusco), it can observe and appreciate the variety of styles that dominated the artist, like mannerism, Flemish and Baroque. It should be noted that the work of Quispe Tito were sent to different parts of the Viceroyalty, such as high Peru: Bolivia and Ecuador, marking strong influence on the so-called stylistic trend Potosi (Bolivia) and Quito (Ecuador), where we can find two works signed by him in the Mint of Bolivia and Ecuador Quito Cathedral. Quispe Tito was the coppery teacher who introduced the Flemish painting cusqueña elements of landscapes and cities, fountains and gardens, birds and flowers, fine fabrics and brocades in female and angel garments. His canvases left the Cusco and arrived in La Paz and Potosi. He left a long list of disciples, the imprint of his workshop and work unsurpassed. It is considered, again, the best Indian painter of the Cuzco School.

Autonomous School of Fine Arts of Cusco is named after this illustrious cusqueño colonial painter of the seventeenth century, as was Don Diego Quispe Tito.



SR. DIEGO QUISPE TITO

Le mouvement colonial pictural au Pérou, en particulier à Cusco, a ses propres paradigmes, protagonistes célèbres et anonymes, ayant été né dans les entrailles du même peuple venu de se démarquer et de représenter les tendances artistiques; Tel est le cas de Don Diego Quispe Tito, peintre péruvien, cusqueño de naissance, d'origine indienne, appartenant à l'un des plus illustres panacas impérial, considéré comme l'un des membres exceptionnels et le plus célèbre représentant de l'école de Cuzco du siècle XVII, est né dans le quartier de San Sebastian 1611. son activité artistique Diego Quispe Tito a été développé 1627-1681, la preuve documentaire sur son travail sont rares; mais on sait qu'il y a une productivité artistique plastique large de ce grand peintre andin. Il était un disciple du peintre Gregorio Gamarra, qui est venu à Cusco, et à son tour, était un disciple du père jésuite Bernardo Bitti, avec l'arrivée de ce développement religieux de l'artiste marque le début de Cuzco art.
Dans la vice-royauté, de nombreux peintres autochtones travaillaient comme assistants apprentis ordres de professeurs d'espagnol; mais avec le temps, certains des Indiens atteignaient la maîtrise et l'ouverture propres ateliers de quitter les maîtres espagnols, jusqu'à ce qu'il y avait une séparation définitive entre les deux secteurs, un fait que, selon Mesa Gisbert, marquer le point départ pour la naissante école de Cuzco. Précisément, entre autres, deux enseignants autochtones étaient ceux qui dominent cette tendance picturale: Basilio Santa Cruz et Diego Quispe Tito Pumacallao, ces personnalités finissent par imposer son style contre l'espagnol et le créole.


Les productions picturales Diego Quispe Tito avaient deux étapes. La première a été marquée par l'influence du maniérisme, parce que dans ses œuvres il y a quelques restes du style italien et la seconde vous pouvez voir l'influence des gravures et des tableaux flamenco artistes comme Antonio Wierix ou Ferdinand Bol.

Dans la "Vision de la Croix" (1631) et "L'Ascension" (1634), deux de ses premières œuvres, et linéaire schématisation et le goût est apprécié par les éléments décoratifs des œuvres de maturité de cet auteur d'origine indigène. Les plantes, les fleurs et les oiseaux indigènes se mêlent aux architectures tirées de gravures européennes. Ceci, couplé avec une attention particulière aux détails et anecdotes, a donné lieu à une école qui a eu un grand impact dans la tradition picturale andine.



Dans le temple de San Sebastián (Cusco) La plupart de ses œuvres sont conservées, regroupées quatre grands cycles: une série de tableaux sur la vie de Jean-Baptiste, faite vers 1663 sur la base du Cornellis et Phillipe enregistré Galle. Aussi "La Passion", "Le Martyre de Saint Sébastien» et «docteurs de l'Eglise". De même d'autres peintes telles que San Isidro Labrador (1680), La Piedad, aujourd'hui dans la chapelle sebastiana San Lazaro, Retour à l'Egypte (1680), La Sagrada Familia et une magnifique série de paysages. Selon les critiques, les chercheurs de l'école de Cusco, Diego Quispe Tito était un peintre de personnes, dont les compétences exceptionnelles est venu de transformer la peinture de cusqueña. Avec lui, ses fleurs ornées, rivières, montagnes paysages influence flamande a prévalu. Ses œuvres se trouvent également dans les églises de Santo Domingo, Santa Ana (Cusco), et le chef-d'œuvre de Quispe Tito est le Zodiac de la cathédrale de Cusco (1681), pour la raison que chaque toile a une image correspondant à une maison astral, lié à la scène évangélique, comme des paraboles et de la vie du Christ, à savoir chaque signe appartient à une citation biblique.


En 1675, déjà célèbre et recherché, par ordre des Franciscains de la grande toile de "The des dernières choses de l'homme", connu sous le nom "Le Jugement dernier" (Eglise de San Francisco- Cusco), il peut observer et apprécier la variété de styles qui ont dominé l'artiste, comme le maniérisme, flamand et baroque. Il convient de noter que le travail de Quispe Tito ont été envoyés à différentes parties de la vice-royauté, comme la haute Pérou: la Bolivie et de l'Equateur, marquant une forte influence sur la tendance stylistique que l'on appelle Potosi (Bolivie) et Quito (Equateur), où nous pouvons trouver deux œuvres signées par lui dans la Monnaie de Bolivie et Cathédrale Equateur Quito. Quispe Tito était le professeur cuivrée qui a introduit les éléments de la peinture flamande cusqueña des paysages et des villes, des fontaines et des jardins, des oiseaux et des fleurs, des tissus fins et brocarts dans les vêtements féminins et ange. Ses toiles ont quitté le Cusco et sont arrivés à La Paz et Potosi. Il a laissé une longue liste de disciples, l'empreinte de son atelier et de travail inégalée. Il est considéré, encore une fois, le meilleur peintre indien de l'école de Cuzco.


Ecole autonome des Beaux-Arts de Cusco est nommé d'après ce cusqueño illustre peintre colonial du XVIIe siècle, comme ce fut Don Diego Quispe Tito.



jueves, 7 de julio de 2016

Nettie Stevens


Nettie Stevens

Nació en Cavendish (Vermont) el 7 de julio de 1861 hija de Julia Adams y Efraïm Stevens. Fue la tercera de cuatro hermanos: dos chicos, que murieron siendo muy pequeños, antes de su nacimiento, y una chica, Emma. En 1865 murió su madre y al cabo de poco tiempo su padre se volvió a casar, y la familia se trasladó a la localidad de Westford (Vermont).

En Westford, Nettie asistió a una escuela pública donde descubrió rápidamente sus capacidades intelectuales. Completó en dos años un curso de cuatro en la Westfield Normal School (hoy Westfield State College) de Massachusetts. Se graduó como primera de su clase. Tanto Nettie como su hermana Emma obtuvieron calificaciones excelentes y fueron dos de las tres primeras mujeres que se graduaron, en 1880, en Westford en un periodo de once años.

Después de graduarse, se vio obligada a trabajar para ganarse la vida como maestra de escuela y bibliotecaria y como tenía interés en continuar estudiando para poder dedicarse a la investigación, estuvo esos años ahorrando dinero para poder ingresar a la Universidad.
No pudo volver a estudiar hasta 1896 cuando, con 35 años se matriculó en la Universidad de Stanford, donde completó su licenciatura en 1899, en el año 1900 completó los estudios de maestría y redactó su tesis doctoral Studies on Ciliate Infusoria, que fue su primer trabajo publicado y apareció en los Proceedings of the California Academy of Science.

En 1903, se doctoró en el Bryn Mawr College de Filadelfia, Pennsylvania, en la misma facultad en la que se encontraban dos de los grandes biólogos de la época Edmund B. Wilson y Thomas H. Morgan. La influencia de estos dos biólogos fue decisiva en la carrera de Stevens. Morgan la incorporó a su equipo de investigación y dirigió personalmente su trabajo.



Sus excelentes resultados propiciaron que la científica obtuviera una beca para estudiar en el extranjero. Viajó a Europa en el periodo comprendido entre 1901 y 1902, para ampliar su experiencia investigadora. Trabajó intensamente en la Estación de Zoología de Nápoles y, además, pasó un tiempo en el Instituto de Zoología de la Universidad de Würzburg, en el laboratorio de Theodor Boveri; centro al que volvió en 1908 y permaneció durante un año. Boveri estaba investigando el problema del papel de los cromosomas en la herencia y probablemente fue allí donde Stevens desarrolló un profundo interés en la materia.

Según la historiadora de la biología Jane Maienschein,6 a principios del siglo XIX los biólogos evolucionistas y filósofos habían propuesto cientos de teorías sobre la determinación del sexo. En la época de las investigaciones de Nettie Stevens, tres eran las hipótesis principales para describir la forma en que un individuo se convierte en macho o hembra:

que dependía de los factores externos durante el desarrollo,

que el sexo se determinaba internamente, específicamente a través del huevo,
o bien que eran los factores hereditarios lo que influían en su determinación.



Hacia finales del siglo XIX y comienzos del XX, los investigadores estaban explorando la relación existente entre los cromosomas y la herencia. Aunque el comportamiento de los cromosomas ya se había descrito y explicado, las especulaciones sobre su vínculo con la herencia mendeliana todavía permanecían sin confirmación experimental. Existían sospechas de que la herencia del sexo podría estar relacionada con cromosomas morfológicamente diferentes, lo que insinuaba la posibilidad de conectar un rasgo particular con un cromosoma específico.

El interés de Stevens por el problema de cómo se determina el sexo y su relación con los cromosomas había empezado a cobrar forma en su mente alrededor de 1903. Prueba de ello es que en este año pidió una beca de investigación y en la solicitud indicaba su interés en los problemas citológicos de la herencia y sus relaciones con la genética mendeliana. De hecho, la beca le fue concedida para investigar en concreto problemas relacionados con la determinación del sexo.

En 1905 publicó su trascendental trabajo titulado Studies in spermatogenesis with special reference to the "accessory chromosome", resultado de una investigación sobre el escarabajo Tenebrio molitor. Sus pesquisas la llevaron a estudiar la diferenciación celular en embriones y luego el análisis de los cromosomas. Observando estos últimos, la científica constató, en primer lugar, que los cromosomas existen como estructuras parejas en las células, en vez de largos bucles o hilos como muchos todavía sostenían, dando fin así a un largo debate.



Stevens comprobó que las células somáticas de la hembra contenían veinte cromosomas grandes, es decir, diez parejas mayores, mientras que las masculinas tenían diecinueve grandes y una pequeña, es decir, nueve parejas de cromosomas grandes y otra constituida por un cromosoma grande y otro pequeño. La investigadora llegó a la conclusión de que los espermatozoides que poseían un cromosoma pequeño eran los que determinaban el sexo masculino, y aquellos que tenían los diez cromosomas del mismo tamaño determinaban el sexo femenino. En otras palabras, considerando que en la terminología moderna el cromosoma pequeño se llama Y, mientras que su pareja homóloga grande se llama X.

Nettie Stevens descubrió que el sexo está determinado por una única diferencia entre dos clases de espermatozoides: los que poseen el cromosoma X y los que poseen el cromosoma Y. En sus artículos, dos monografías de 75 páginas, Stevens concluía correctamente que un óvulo fecundado por un espermatozoide portador de X producía una hembra y, por el contrario, si el espermatozoide llevaba el cromosoma Y, daría lugar a un macho.

El ya prestigioso biólogo E. B. Wilson, estaba realizando sus propias investigaciones sobre la determinación del sexo, al tiempo que lo hacía Stevens, y publicó en 1905 sus resultados, que coincidían con los obtenidos por la científica. El impacto de ambos trabajos fue muy fuerte, ya que no solamente se terminaba con un largo debate sobre si el sexo era el resultado de la herencia o de la influencia del ambiente en que se desarrollaba el embrión, sino que se ponía de manifiesto el primer vínculo real e indiscutible entre los caracteres hereditarios y los cromosomas.



Con frecuencia se ha otorgado a Wilson el mérito de este descubrimiento, pero son numerosos los expertos en el tema que ponen en duda actualmente que así fuera. Si bien Wilson publicó resultados similares a los de Stevens, aunque obtenidos con otros insectos, en el artículo de dos páginas escrito a la revista Science, el autor dice que sus hallazgos «concuerdan con las observaciones de Stevens en el escarabajo Tenebrio». Esto refleja que Wilson era conocedor del trabajo de Stevens y que reconocía su prioridad. Parece pues innegable que los dos científicos llegaron a la misma conclusión de forma casi simultánea pero con total independencia.8 A pesar de ello siempre se le atribuye a Stevens un papel secundario, como asistente de Wilson, y por eso muchos libros de texto le atribuyen a él los resultados, tan solo por el hecho de que era un investigador más reconocido. Incluso se ha llegado a atribuir el descubrimiento a Thomas Hunt Morgan, sobre todo después de que fuera reconocido con el Premio Nobel.

En 1905 Nettie Stevens consiguió un puesto en el Bryn Mawr como profesora asociada de morfología experimental y el mismo año recibió el Premio Ellen Richards por su artículo «A study of the germ cells of Aphis rosae and Aphis œnotheræ».

Tras su monografía de 1905 Nettie Stevens continuó con sus investigaciones sobre los cromosomas de otras especies de insectos. En esta línea, en 1908 publicó un artículo sobre las células germinales de los dípteros que estableció los fundamentos de la futura citogenética de Drosophila. Además, continuó añadiendo nueva información a su teoría a lo largo de los años siguientes. Su carrera profesional fue muy corta: tan solo nueve años, durante los cuales publicó cerca de cuarenta artículos, la mayoría de valor irrefutable.

Murió el 4 de mayo de 1912 en el Hospital Johns Hopkins de Baltimore a causa de un cáncer de mama, antes de que pudiera beneficiarse de la cátedra de investigadora creada expresamente para ella con el fin de que se dedicara tan solo a investigar en el Byrnes Mawr College y trabajar en el Cold Spring Harbor Laboratory. Está enterrada en el cementerio de Westfield, Massachusetts, junto a su padre Ephraim y su hermana Emma.

Después de su muerte, Thomas H. Morgan publicó en la revista Science una extensa necrológica, donde repasaba su trayectoria y las contribuciones más importantes y concluía:

Fue una competente experta en el sentido moderno de la palabra, en el sentido en que la biología ha dejado de ser un parque infantil para el aficionado y un juguete para el místico. Su notable éxito tiene que ver, en parte, con su razonamiento único y su dedicación, combinados con un agudo sentido de la observación, junto con su amabilidad y paciencia, unidos a un juicio equilibrado.

Fuente: Wikipedia.org



Nettie Stevens

He was born in Cavendish (Vermont) on July 7, 1861 daughter Julie Adams and Stevens Efraïm. It was the third of four children: two boys, who died being very young, before his birth, and a girl, Emma. In 1865 and his mother died shortly after his father remarried and the family moved to the town of Westford (Vermont).

In Westford, Nettie attended a public school where he quickly discovered his intellectual abilities. He completed in two years a course of four at Westfield Normal School (now Westfield State College) of Massachusetts. He graduated first in his class. Both Emma and her sister Nettie obtained excellent grades and were two of the first three women who graduated in 1880, in Westford over a period of eleven years.



After graduating, she was forced to work for a living as a schoolteacher and librarian and as was keen to continue studying to pursue research, was those years saving money to enter the university.

He could not return to school until 1896 when, with 35 years he enrolled at Stanford University, where he completed his degree in 1899, in 1900 completed his graduate studies and wrote his doctoral thesis Studies on Ciliate Infusoria, which was his first and published work appeared in the Proceedings of the California Academy of Science.

In 1903, he received his doctorate at Bryn Mawr College in Philadelphia, Pennsylvania, in the same faculty in which two of the great biologists of the time Edmund B. Wilson and Thomas H. Morgan were. The influence of these two biologists was instrumental in the career of Stevens. Morgan joined his research team and personally directed his work.



Their excellent results led the scientific obtain a scholarship to study abroad. He traveled to Europe in the period between 1901 and 1902, to expand their research experience. He worked intensively on the station Zoology of Naples and also spent time at the Institute of Zoology at the University of Wurzburg, in the laboratory of Theodor Boveri; center to which he returned in 1908 and stayed for a year. Boveri was investigating the problem of the role of chromosomes in heredity and was probably where Stevens developed a deep interest in the subject.

According to the historian of biology Jane Maienschein, 6 early nineteenth century evolutionary biologists and philosophers they had proposed hundreds of theories on sex determination. At the time of investigations Nettie Stevens, three were the main hypotheses to describe how an individual becomes male or female:

which depended on external factors during development,

that sex is determined internally, specifically through the egg,



or who were the hereditary factors which influenced their determination.
By the late nineteenth century and early twentieth century, researchers were exploring the relationship between chromosomes and heredity. Although the behavior of chromosomes had already described and explained, speculation about his relationship with Mendelian inheritance were still without experimental confirmation. There were suspicions that the inheritance of sex could be related to morphologically different chromosomes, which hinted at the possibility of connecting a particular trait with a specific chromosome.

Stevens's interest in the problem of how sex and relationship with chromosomes is determined had begun to take shape in his mind about 1903. Proof of this is that this year called for a research grant application and indicated his cytological interest in problems of heredity and its relations with Mendelian genetics. In fact, the scholarship was granted to investigate specific problems related to sex determination.



In 1905 he published his work entitled Transcendental Studies in spermatogenesis With special reference to the "accessory chromosome", the result of an investigation into the beetle Tenebrio molitor. Their investigations led her to study cell differentiation into embryos and then the analysis of chromosomes. Noting recent, scientific found, first, that chromosomes exist as couples structures in cells, rather than long loops or threads as many still held, thus ending a long debate.


Stevens found that somatic cells of the female contained twenty large chromosomes, ie ten largest couples, while male had nineteen large and small, that is, nine pairs of large chromosomes and one consisting of a large chromosome and another small . The researcher concluded that sperm that had a small chromosome that determined were males, and those who had the ten chromosomes of the same size determined the female. In other words, considering that in modern terminology is called the small chromosome Y, while its large counterpart couple is called X.
Nettie Stevens discovered that sex is determined by a single difference between two kinds of sperm: those with the X chromosome and those with the Y chromosome In his articles, two monographs of 75 pages, Stevens concluded correctly that an egg fertilized by a carrier X sperm produced a female and, conversely, if the spermatozoa carrying the Y chromosome, male would result.


The already renowned biologist E. B. Wilson, was doing his own research on sex determination, while Stevens did, and published their results in 1905, which coincided with those obtained by the scientist. The impact of both works was very strong, because not only it ended a long debate over whether sex was the result of heredity or influence the environment in which the embryo developed, it became clear the first real and indisputable link between hereditary traits and chromosomes.

Often Wilson has been given to the merit of this discovery, but there are numerous experts in the field who doubt now that so. While Wilson published Stevens similar to results obtained with other insects although in the two-page letter to the journal Science, the author says that their findings "are consistent with the observations of the beetle Tenebrio Stevens." This reflects that Wilson was aware of the work of Stevens and recognizing its priority. It seems undeniable that the two scientists came to the same conclusion almost simultaneously but with full independencia.8 Despite this always attributed to Stevens a secondary role as assistant Wilson, and so many textbooks attribute to him it results, just by the fact that he was a renowned researcher. It has even come to attribute the discovery to Thomas Hunt Morgan, especially after it was awarded the Nobel Prize.

In 1905 Nettie Stevens landed a position at Bryn Mawr as an associate professor of experimental morphology and the same year received the Ellen Richards Award for his article "A study of the germ cells of Aphis rosae and Aphis œnotheræ."

After his 1905 monograph Nettie Stevens continued his research on the chromosomes of other insect species. In this line, in 1908 he published an article on the germ cells of the Diptera who laid the foundations of future cytogenetics Drosophila. It also continued adding new information to his theory over the following years. His career was very short: only nine years, during which he published articles about forty, most irrefutable value.

He died on May 4, 1912 at Johns Hopkins in Baltimore Hospital because of breast cancer, before it could benefit from the chair of research specifically created for her in order to devote himself only to investigate the Byrnes Mawr College and work at Cold Spring Harbor Laboratory. She is buried in the cemetery of Westfield, Massachusetts, Ephraim with his father and his sister Emma.

After his death, Thomas H. Morgan published in the journal Science an extensive obituary, where he reviewed his career and the most important contributions and concluded:

It was a competent expert in the modern sense of the word, in the sense that biology is no longer a playground for amateur and a toy for the mystic. His remarkable success has to do in part with his only reasoning and dedication, combined with a keen sense of observation, along with his kindness and patience, coupled with a balanced judgment.