Trampolín
a la fama fue un programa de entretenimiento de la televisión peruana. Su
formato, en vivo y de varias horas de duración, permitía la interacción con el
público a través de juegos y sketches.
El
programa sabatino fue emitido por Panamericana Televisión (Canal 5) desde su
inicio en 1966 como un segmento del programa ómnibus Perú, y era presentado por
Augusto Ferrando. Entre sus colaboradores en la co-animación estuvieron Violeta
Ferreyros, Ingerborg Zwinkel "La Gringa Inga", Leonidas Carbajal y
Felipe Pomiano "Tribilín" así como su hijo Chicho, la dirección
musical estuvo a cargo del célebre Otto de Rojas. En el primer semestre de 1980
y como consecuencia de la cancelación de Perú (aquí venía el número del año de
tal manera que el nombre del programa era Perú '67, Perú '68 hasta Perú '80) y
la creación de Gigante Deportivo (presentado por el ya desaparecido Pocho
Rospigliosi), Trampolín a la fama se convirtió en un programa independiente de
dos horas de duración, las que se ampliaron a tres al iniciar 1985.
Varias
de las actuales estrellas del espectáculo peruano tuvieron sus primeras
presentaciones en Trampolín a la fama, como por ejemplo Guillermo Rossini,
Néstor Quinteros, César "El Loco" Ureta, Carlos Álvarez, Jorge
Benavides, Fernando Armas, Hernán Vidaurre, Miguel Barraza, y Melcochita. Ya en
los años finales del programa Augusto Ferrando abrió un espacio a los cómicos
de la calle conocidos como "Cómicos Ambulantes", entre ellos figuran
Tripita, Mondonguito, El Poeta de la Calle y el Cholo Cirilo entre otros.
Trampolín
a la fama también tuvo muchos detractores, como la Dra. Martha Hildebrandt (que
calificó su set de televisión de "pulpería") y la periodista Magaly
Medina.
Fue un
programa muy exitoso, ya que tenía una cifra inalcanzable de rating y entró al
Libro Guinness de récords mundiales. Además, Trampolín a la fama estuvo entre
los 10 mejores programas de televisión según la revista Rolling Stone.
El
último programa se emitió el sábado 11 de mayo de 1996, en víspera del Día de
las Madres. Al momento de cerrar el programa y, con profunda tristeza, se
despidió de su público diciendo "Hasta el otro año, hasta dentro de mil
años... y ahora sí les digo: un comercial y no regreso (en sus programas
Augusto Ferrando acostumbraba a decir: "Un comercial y regreso" para
dar pase a los avisos comerciales) . ¡Hasta luego, hasta luego!", esto se
debió a que su salud se estaba quebrantando y más tarde se descubriría que
padece de cáncer terminal para 1998 y finalmente falleció en 1999.
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