Existe una
profunda semejanza de las fiestas de finales de diciembre y comienzos de enero
con las de marzo, sin duda porque ambos meses, enero y marzo, han sido
considerados por diversas culturas como inicio del año. Enero era el mes
dedicado a Jano. San Paciano, obispo de Barcelona en el siglo IV, ya hablaba de
mascaradas paganas que tenían lugar por estas fechas, diciembre y enero. Muchos
Santos Padres condenaron estas fiestas paganas. Las Saturnalias o fiestas en
honor a Saturno se celebraban entre los días 17 y 23 de diciembre. Las muy
posteriores fiestas de los obispillos, el Bisbetó de Monserrat,la fiesta del
Rollo, el obispo de los locos o el abat de los locos de los días 6 y 28 de
diciembre, según los casos, que subsistieron en los pueblos españoles como
residuos de aquellas Saturnalias, se celebraban también en las iglesias.
Hay
referencias históricas de que en la Edad Media había grandes libertades en los
templos. Por tanto, es muy probable que los Papas eligieran el 25 de Diciembre
para conmemorar el nacimiento de Jesús con el fin de que los fieles cristianos
se apartaran de las celebraciones paganas del solsticio de invierno.
La Navidad
venía así a ocupar el lugar que todavía llenaban esas fiestas saturnales y
otras propias del invierno en Roma. Reinando Constantino el Grande, la iglesia
propuso que el 25 de diciembre se celebrara el nacimiento del Salvador por su
coincidencia con la celebración romana del Sol Invictus.
En todo
caso, en el año 345 d.c. el día 25 era fiesta de Navidad en Occidente.En
Oriente, sin embargo, la celebran el 6 de enero, pero la influencia de San Juan
Crisóstomo, padre de la Iglesia de Oriente y patriarca de de Alejandría, y de
San Gregorio Nacianzeno, el teólogo, amigo de San Basilio, consiguió que
adoptaran el 25 de diciembre.
De San Nicolás a
Papá Noel
San Nicolás
fue obispo de Mira, Licia en el siglo IV.
Probablemente
asistió al Concilio de Nicea en el año
325 d.c. Sin
embargo, sus reliquias parece que fueron trasladadas en 1087 a Bari, donde se
conservan en un sarcófago del que emana un bálsamo al que se atribuyen efectos
milagrosos. Universalmente reconocido como taumaturgo, se le aplican numerosas
leyendas relacionadas con resurrección de niños y dotación de vírgenes. Una de
ellas cuenta que una noche ,cuando trataba de transportar tres bolsas de oro
hasta las tres hijas de un mercader arruinado, una de las bolsas cayó dentro de
los calcetines que colgaban de la chimenea para secarse y que por eso desde
entonces se cuelgan los calcetines en espera de regalos. El mercader, vecino
suyo, había decidido prostituir a sus tres hijas porque no tenía dinero para la
dote. La historia cuenta que el santo arrojó las limosnas discretamente por una
ventana para librar de la deshonra a las tres doncellas.
Otra leyenda
asegura que San Nicolás devolvió la vida a tres niños que habían sido
descuartizados y puestos en salmuera por un terrible secuestrador caníbal .Su
fiesta se celebra el 6 de diciembre y es el patrón de Rusia y de Lorena, y muy
popular en la citada Rusia, Grecia, Italia, el Norte de Europa, Alemania e
Inglaterra, donde ha sido asimilado a su Papá Noel, ese personaje legendario de
barba blanca, vestido de rojo y con capucha, y a Santa Claus, denominación
anglosajona de San Nicolás, y con funciones de protector y patron de niños. San
Nicolás viaja por estas fechas a Holanda desde España en un velero y acompañado
por Pedro el negro, una especie de Betama que decide qué niños merecen regalos
y quiénes no.
En Estados
Unidos, el sinter Klaas importado se convirtió en Santa Claus. En el
Mediterranéo, San Nicolás sustituyó en las fiestas y creencias populares a
Poseidón, rey de los mares y dios de los terremotos de la mitología clásica. Se
le representa con orgamentos episcopales y sus atributos son tres bolsas de oro
con las que libró de la prostitución a las tres doncellas, los tres niños
resucitados y un ancla, como protector de los hombres de mar, pues estando en
Palestina dicen que calmó una enorme tempestad.
Los Reyes Magos
El 6 de
Enero, en Oriente sólo se celebraba la Epifania o Teofanía, es decir, las
manifestaciones de Cristo (nacimiento, adoración de los Reyes Magos, bautismo)
En Occidente
únicamente era la fiesta el nacimiento, el 25 de Diciembre. Con los años,
Occidente adoptó la Epifanía y Oriente la Navidad. Según la tradición popular,
tres magos, reyes de Oriente, tal vez de Arabia
Fueron a
llevarle regalos a Jesús, recién nacido en Belen. Sus reliquias fueron
descubiertas por Santa Elena y se veneran actualmente en la catedral de
colonia, a cuyo obispo se las regalo el emperador en el Año 1164.
En
España existe la costumbre de obsequiar a los niños con juguetes en memoria de
los Dones oro,
incienso y mirra, mt 2:11.ofrecido por los Reyes a Jesús. En realidad, la
fijación de la fecha de la Epifanía el 6 de enero se debe muy probablemente a
cálculos relacionados con extrañas consideraciones sobre el solsticio de
invierno y las fases de la Luna.
Algunos
expertos consideran que influyeron en esta decisión las fiestas paganas
saturnales que se extendian desde el 17 hasta el 23 de Diciembre y que
alcanzaron gran importancia durante el Imperio cuando Domiciano las alargó
hasta alcanzar esos siete dias. Los esclavos disfrutaban esos días de libertad.
La
determinación del número de Reyes Magos, sólo tres, y de su procedencia se fue
perfilando en la Alta Edad media. El rey negro aparece en el siglo XV.
En realidad,
existen tres fechas en la tradición cristiana en las que se entregan regalos a
los niños.
En los
países mediterráneos,como Italia y España,se hace el 6 de Enero con los Reyes
Magos en España y con la bruja Befana en italia,que entra sobre su escoba por
la chimenea de las casas. Sólo hace regalos a los niños que se han portado
bien.
En España se
sacaban los zapatos o las botas al balcón para que los Reyes dejarán allí sus regalos.
En Bélgica, Holanda y Francia lo celebran el 6 de Diciembre, día de San
Nicolás, quién en Bélgica camina en un Burro. Y en el resto de los países
occidentales son Santa Claus o Papá Noel quienes los reparten, pero el día 24
de Diciembre. Además, en el Norte europeo los niños cuentan con los gnomos.
En el mundo
oriental es San Basilio el encargado de traer los regalos el día 1 de Enero.
El Belén
El belén o
nacimiento es la representación del nacimiento de Jesús en Belén por medio de
figuras.
Es uno de
los escenarios más tempranos y habituales del arte cristiano, pues aparece ya
en el siglo IV en la catacumba de San Sebastián de Roma. Hasta la Baja Edad
Media persistió la variante de origen bizantino de la virgen acostada,
acompañada por dos comadronas.Después,a partir del siglo XIV,la virgen está de
rodillas y sin comadronas,pues se impone la idea del parto sin dolor.
La tradición
popular del belén,pesebre o nacimiento es mucho más reciente. Parece que fue
San Francisco de Asís quien realizó la primera representación en Greccio.
Después, Santa Clara la difundió por los conventos franciscanos de Italia y
posteriormente la propia difusión de la orden contribuyó a la extensión del
pesebre representado por seres vivos o figuras.
Durante la
Edad Media y el Renacimiento era costumbre representar escenas de Navidad en
las iglesias. De ambas tradiciones arranca la de los belenes actuales con sus
figuras de madera, yeso, plomo, barro o cartón.
Alcanzó su
apogeo en el reino de Nápoles en el siglo XVIII y de allí pasó a España, de
donde fue llevado a América Latina. Persiste en tambien en el sur de Italia,
gran parte de Alemanía, Provenza y el Tirol.
Es costumbre
mediterránea. En algunas regiones de Italia los niños construían una especie de
belenes de madera, a los que llamaban la cabañita, con el Niño Jesús en su
interior.
Tal vez
recogía las dos tradiciones: la del árbol, o la del verdadero belén, la llegada
de hierbas, musgo, o ciprés parece encontrar origenes gentilicios más que
cristianos. El musgo, por ejemplo, cuenta con un hada protectora, la mujercita
del musgo, según los alemanes.
Por su
parte, la idea de belén como cueva o caverna donde nació Cristo encuentra
similitudes en otras religiones donde los dioses nacen en cuevas o en las
hendiduras de la Tierra. Quiza ningún pueblo del mundo ha llegado a crear, en
relación a la navidad, una cosa tan graciosa, tan popular, como los belenes.
El Árbol de
Navidad
Alrededor
del año 723 San Bonifacio viajó con un pequeño grupo de personas en la región
de la Baja Sajonia. El conocía a una comunidad de paganos cerca de Geismar que,
en medio del invierno, iban a realizar un sacrificio humano (donde usualmente
la víctima era un niño) a Thor, el dios del trueno, en la base de un roble al
que consideraban sagrado y que era conocido como “El Roble del Trueno”.
Bonifacio,
quiso destruirlo no sólo para salvar a la víctima sino para mostrar a los
paganos que él no sería derribado por un rayo lanzado por Thor.
Llegaron a
la aldea en la víspera de Navidad justo a tiempo para interrumpir el
sacrificio. Con su báculo en la mano, Bonifacio se acercó a los paganos y les
dijo: “aquí está el Roble del Trueno, y aquí la cruz de Cristo que romperá el
martillo del dios falso, Thor".
El verdugo
levantó un martillo para ejecutar al pequeño niño, el Obispo extendió su báculo
para bloquear el golpe y milagrosamente rompió el gran martillo de piedra y
salvó la vida del niño.
Después, se
dice que Bonifacio habló así al pueblo:“¡escuchen hijos del bosque! La sangre
no fluirá esta noche, salvo la que la piedad ha dibujado del pecho de una
madre. Porque esta es la noche en que nació Cristo, el hijo del Altísimo, el
Salvador de la humanidad. Él es más justo que Baldur el Hermoso, más grande que
Odín el Sabio, más gentil que Freya el Bueno. Desde su venida el sacrificio ha
terminado. La oscuridad, Thor, a quien han llamado en vano, es la muerte. En lo
profundo de las sombras de Niffelheim él se ha perdido para siempre. Así es que
ahora en esta noche ustedes empezarán a vivir. Este árbol sangriento ya nunca
más oscurecerá su tierra. En el nombre de Dios, voy a destruirlo”.
Entonces,
Bonifacio cogió un hacha que estaba cerca de ahí, y según la tradición, cuando
la blandió poderosamente hacia el roble una gran ráfaga de viento voló el
bosque y derribó el árbol con raíces y todo. El árbol cayó al suelo y se rompió
en cuatro pedazos.
El “Apóstol
de Alemania” siguió predicando al pueblo germánico que estaba asombrado y no
podía creer que el asesino del Roble de Thor no haya sido golpeado por su dios.
Bonifacio miró más allá donde yacía el roble y señaló a un pequeño abeto y
dijo: “Este pequeño árbol, este pequeño hijo del bosque, será su árbol santo
esta noche. Esta es la madera de la paz… Es el signo de una vida sin fin,
porque sus hojas son siempre verdes. Miren como las puntas están dirigidas
hacia el cielo. Hay que llamarlo el árbol del Niño Jesús; reúnanse en torno a
él, no en el bosque salvaje, sino en sus hogares; allí habrá refugio y no
habrán actos sangrientos, sino regalos amorosos y ritos de bondad”.
Así, los
alemanes empezaron una nueva tradición esa noche, que se ha extendido hasta
nuestros días. Al traer un abeto a sus hogares, decorándolo con velas y
ornamentos y al celebrar el nacimiento del Salvador, el Apóstol de Alemania y
su rebaño nos dieron lo que hoy conocemos como el árbol de Navidad. (Fuente
Church Pop)
Poco a poco,
la tradición fue evolucionando: se colocaron las esferas y los focos que
representan la alegría y la luz que Jesucristo trajo al mundo.
Las esferas
actualmente simbolizan las oraciones que hacemos durante el periodo de
Adviento. Las esferas azules son oraciones de arrepentimiento, las plateadas de
agradecimiento, las doradas de alabanza y las rojas de petición.
Se
acostumbra poner una estrella en la punta del pino que representa la fe que
debe guiar nuestras vidas.
También se
suelen poner adornos de diversas figuras en el árbol de Navidad. Éstos
representan las buenas acciones y sacrificios, los "regalos" que le
daremos a Jesús en la Navidad.
Para
aprovechar la tradición: Adornar el árbol de Navidad a lo largo de todo el
adviento, explicando a los niños el simbolismo. Los niños elaborarán sus
propias esferas (24 a 28 dependiendo de los días que tenga el Adviento) con una
oración o un propósito en cada una, y conforme pasen los días las irán colgando
en el árbol de Navidad hasta el día del nacimiento de Jesús.
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